Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



domingo, 28 de noviembre de 2010

Andaluces hartos de...

Estoy harta. Tan harta que ya no sé si decirlo, escribirlo, gritarlo, o ponerlo con hache intercalada.
Harta de que a los andaluces se nos etiquete de vagos, sin criterio, apesebrados, subsidiados o incultos.
Harta de que se nos asocie únicamente con el flamenco, la juerga, los toros y el vino.
Harta de Loperas y musho-beti, de cuentachistes, de famosillos de tercera división, de malayas y faletes.
Harta de ver en las series de televisión los papeles de criada analfabeta o tontito con acento andaluz (¿y ningún presentador de informativo con nuestro acento?).
Harta de ver programas de zapping con el patético programa de Juan y Medio mofándose de nuestros ancianos en busca de pareja, dando la imagen de personajes grotescos.
Harta de nuestra imagen de sociedad subsidiada, cateta y sin criterio. Cansada de que se menosprecie nuestro acento.
Harta de ver andaluces que únicamente triunfan en el programa de Patricia, Gran Hermano y similares.
Harta de Jesulín, de Pozi, de Pantojas y compañía. Harta del risitas, de Romerías del Rocío y Feria de Abril como estandarte de la juerga.
Harta de la Duquesa de Alba (a la que hicieron hija predilecta de esta tierra, tócate los pirindolos), de su hija, de sus hijos, de su yerno y sus trajes de flamenca.
Harta de toreros que se lían con fulanas, del botijo y la pandereta.
Harta, cansada, hastiada, aburrida me tienen.Ojalá alguna vez los medios se acuerden de los millones de andaluces que se levantan cada mañana para levantar esto, o de nuestros padres y abuelos que emigraron hace décadas a Alemania, Suiza, Cataluña y País Vasco para trabajar donde nadie quería.

Ojalá quien habla de nuestra incultura se acuerde de Séneca, Maimónides, Averroes, Góngora, Bécquer, Alexandre, Lorca, Juan Ramón Jiménez, Machado, Falla, Zambrano, Picasso, Velázquez, Murillo, Alberti, Carlos Cano, Gala, Luis Rojas Marcos, García Montero, Sabina…
Ojalá se acuerden de que hablamos con acento andaluz abogados, marineros, médicos, albañiles, arquitectos, camareros, taxistas, jueces, enfermeras, empresarios, policías, obreros, agricultores, se acuerden de millones de personas que trabajan duro cada día desde Palos de la Frontera hasta Cabo de Gata, millones de andaluces que siguen haciendo Andalucía más allá de Despeñaperros…
Ojalá este post lo leyera mucha, mucha gente. Ojalá diera la vuelta al mundo, aunque me temo que se quedará perdido en el inmenso océano de Internet. Pero por si acaso, pongo mi granito de arena porque estoy orgullosa de ser andaluza, de que mi andaluz tenga los rasgos que tiene y de ser como soy...y vivir concretamente en este rinconcito llamado Cádiz

jueves, 25 de noviembre de 2010

Un día para recordar...un día para olvidar..un día para gritar...

Un día para recordar, un día para olvidar, un día para pelear, un día para gritar...pero me pregunto yo si algún día habrá un día, un 25 de noviembre, que se pueda borrar del calendario, que podamos pasar del 24 al 26, porque dicha efeméride no haga falta, porque esta sociedad haya evolucionado como nos merecemos, pero debemos empezar por nosotros mismos, por darnos una lección ya no tanto de igualad o de “buenos tratos” sino de humanidad, de respeto, de reconocimiento de los derechos del otro. Porque bien es que mi libertad acaba donde empieza la tuya, por eso mismo tenemos que tener claro que no hay pertenencias, que las personas son eso, personas, y no objetos que podemos manejar y poner o quitar de nuestra vida, o poner y quitar de un lugar o de otro a nuestro antojo, porque no nos podemos creer mejores que nadie...y mucho menos cuando tú eres un hombre y ella, una mujer.
Porque cuando veo una imagen de una mujer maltratada, un golpe, un moratón, un pañuelo en un cuello cuando no es lógico o una noticia relacionada con una muerte mal llamada pasional, me da rabia y creo que aquellos monos que dicen que nos preceden en la historia de la humanidad no distan tanto de lo que somos hoy en día, animales irracionales que no se paran a pensar que nuestros iguales, sean del sexo que sean, merecen el mismo trato que nosotros, y no un maltrato continuado como sufren muchas mujeres.
Hoy, gracias a mi profesión, la que hay veces que me da alegrías y otras tantas tristezas o un mal sabor de boca, he recibido una lección. He podido asistir a un relato de los que ponen los vellos de punta, de los que parecen una realidad muy cercana, como cuando tenemos un problema y decimos que es una amiga la que se encuentra en esa situación que nos avergonzamos de contar, pues igual. Y sin duda, había detalles tan escabrosos, que parece que sólo podía ser sacado de la una historia real, y lo que más me ha llegado es que la persona que lo ha leído tenía que parar en su narración porque la emoción la embargaba más de lo que pretendía.
Y estos días no es que reciba otra lección sino que me indigno cuando escucho que, a pesar de las oportunidades que tienen los jóvenes, aumenta el número de casos de maltrato o violencia de género en menores de 20 años. Y pienso, qué pasa por sus mentes, a unos para repetir unos roles tan arcaicos, tan alejados de las modernidades y de las vidas que llevan, y otros por dejar que les avasallen, que le hagan ser una pertenencia inerte sin posibilidad de decidir.
Que te quede claro que cuando te dice “esa falta es muy corta” no es que se sienta incómodo porque otro hombre te mire, sino que no soporta que puedas ponerte guapa para alguien que no es él; cuando te dice que se siente celoso de aquel amigo o de aquel nuevo compañero de clase, no es que te quiera más que nadie, sino que te quiere sólo para él, que no te quiere ni va a compartirte; cuando un pequeño golpe toca tu piel, no es el último, es el primero de una larga lista; cuando una pelea termina en un puñetazo a la pared, no creas que se lo ha pensado porque te quiere, sino que ha tenido un momento de lucidez que la siguiente vez no acudirá a su mente; que te falte al respeto o te infravalore no es más que un maltrato psicológico y no es que te quiera hacer espabilar...
Simplemente abrid los ojos. No sé si yo tengo esa lección aprendida, por educación, por mi personalidad o a saber por qué...pero me siento orgullosa por tener esas cosas claras...

domingo, 21 de noviembre de 2010

Como cambia la vida...

Estos días me han dado una noticia que por un lado me ha alegrado y por otro me ha hecho pensar cómo cambia la vida, cómo pasan los años, a pesar de que haga...da igual cuánto haga que quizás la persona relacionada con esa noticia formó parte de tu vida...Sin duda...aprendes a hacer que tu memoria se active y genere un montón de recuerdos que sabes que están ahi y a que ayudan a reforzar todas aquellas cosas que guardas como un tesoro en una caja que está en el último rincón de tu armario, pero está...Un montón de preciosos momentos e incluso te acuerdas de cómo entonces pensabas que..la vida te uniría eternamente a esa persona...y te ríes, porque te das cuenta de que es una ingenuidad de niños.
Buenísimos momentos...el primer beso...el primer apretón de manos...sentir un dulce cosquilleo en el estómago...que un problema te supusiera un mundo...compartir una cena...tus preocupaciones...en fin...varios años juntos que te hacen acumular muchos detalles que a los ojos de la gente son insignificantes pero para mí conforman un mundo...un mundo de primeras impresiones...
Te das cuenta que los años no pasan en vano...que todos crecemos y buscamos un sentido a nuestra vida y que evidentemente nuestras vidas toman caminos distintos, que un día estuvieron unidos y que después hemos podido compartir, riéndonos de lo pasado, recordando viejos tiempos e incluso descubriendo que alguno todavía guardaba viejos tesoros de ese tiempo pasado...Y sinceramente...nunca pensé que llegara este momento...pero ha llegado...y aunque ni siquiera tengas posibilidad de leer esto, ni lo fueras a leer si tuvieras oportunidad, me alegro mucho por todo...
Pero sinceramente, me gustaría volver atrás, a hace tantos años, y poder revivir de nuevo algunos de esos buenos momentos...porque a tu lado fueron...simplemente estupendos...y aunque no lo creas..(y ahora sí me dirijo a ti por si mentalmente esta idea llegara)...me hiciste sentir la persona más importante y más grande que se podía...Gracias por esos años...y suerte en todo lo que emprendas...

sábado, 20 de noviembre de 2010

Princesitas...

Érase que era una princesita llegada del futuro que se quedó sin su príncipe azul, pero que tenía a su lado a otra princesita sin trono ni alegría que intentaba ayudarla con su amistad, buscando al príncipe destronado, o al verde, amarillo o rojo, porque lo importante no es la tonalidad, sino la personalidad del mismo…
Las dos princesitas pasaban horas juntas, fíjate que hasta alquilaron un gran castillo abandonado como morada, allende los mares, en una preciosa ciudad rodeada de mar, sin llegar a ser isla pues estaba unida a tierra por un pequeño istmo. Un castillo enorme que no tardaron en reformar, pues se encontraba en muy malas condiciones, y a la que invitaron a sus muchos amigos, porque eso sí, aunque cada día tenía un objetivo en la vida (un amor no correspondido por así decirlo, una de ellas, la princesita del futuro, un niño rancio de alta alcurnia pero carácter complicado y pasado oscuro, y la princesita sin trono ni alegría otro chico de alta alcurnia pero joven y revoltosa personalidad, aún no asentado en el mundo de los adultos), compartían un montón de buenos amigos que no dudaron en ayudar y visitar a las dos princesitas en su nuevo hogar.
La princesita del futuro, todo hay que decirlo, no lo pasó demasiado bien cuando su príncipe azul desapareció, pero bueno, asumió muy bien su devenir (será porque viene del futuro y ya sabría que es lo que le depara ese tiempo que está por llegar), y finalmente se hicieron amigos, algo que a mí, la princesita sin trono ni alegría le hace mucha ilusión, porque aunque yo haya aparecido en esta segunda parte de la historia, ya conocía de primera mano la primera, ésa en que la princesita del futuro de ojos vivarachos y moderna vestimenta fue hasta el pasado a buscar a su principito, me causa mucha alegría. Pero bueno, no estamos para contar lo que pasó entre la princesita y el principito, así que a otra cosa…
Pues bien…dudas había muchas sobre cuál sería el devenir de estas princesitas, pero he de decir que no nos podemos adelantar a los acontecimientos, por ello habrá que esperar, y vivir el presente, para que se escriba el futuro, ése que intuyo que la princesita del futuro conoce un poco y la princesita sin trono ni alegría desconoce de manera absoluta.
Pues bien, en dicha ciudad de apariencia encantada y rodeada de mar conocieron a gente estupenda estas dos pequeñas criaturas. Una ciudad que hay que decir, ya se adaptaba a los nuevos tiempos, y no era tan pomposa y delicada como antaño, aunque aún conservaba vestigios de un tiempo pasado que fue mucho mejor, con fortalezas, murallas para protegerse del enemigo y preciosas playas con balnearios funcionales para el pueblo llano, pero que a la vez se erigía como una ciudad moderna, de ese tiempo del que procedían las dos princesitas, con puentes comunicadores, unos extraños tranvías que unen unas ciudades con otras, y unas vistas, eso sí, preciosas.
Las dos princesitas se acostumbraron a esta vida común, y aunque ya eran buenas amigas, con sus más y sus menos, lograron compenetrarse aún más, siempre intentando respetarse, ayudarse, comprenderse y apoyarse la una en la otra. En los malos momentos, que quizás en los últimos meses y semanas les parecieron muchos, por sus distintas situaciones vividas, fue cuando más se intentaron refugiar en la otra, a pesar de que no pudieran solucionar sus problemas (sobre todo los amorosos), y eso que no por falta de ganas, porque ambas se hubieran puesto delante del chico de alta alcurnia que le gustaba a la otra para aclarar la situación, e incluso haberlos convencido.
Pues bien…poco más se puede contar por el momento de estas dos princesitas, sólo que por el momento están solteras y orgullosas de su condición, y es que, deben asumir que el amor llega cuando llega y no cuando uno lo desea, por mucho que cierres tus ojos en busca de esa felicidad olvidada que parece lejana a ti, o que no te mereces. Bueno, la princesita del futuro es más fuerte, aunque la princesita sin trono ni alegría aparente ser un bloque sólido (como los del ancho y largo paseo del Campo del Sur de esa ciudad preciosa en la que están asentadas), pero que se desmorona con nada, pero las dos tendrán que seguir unidas para no ser abatidas por el temporal, ni los chicos de alta alcurnia, ni siquiera los de baja…
Ahora sólo toca esperar cómo suceden las cosas de ahora en adelante, aunque no signifique que las dos princesitas abran una etapa y cierren otra a su espalda. Pero sería bueno que las cosas comenzaran a rodar como quieren.

PD: no es un relato actual pero a quien va dirigido ya lo tiene en su poder y sabrá identificarlo...

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Un día de lluvia...

Los días de lluvia son para encerarte en casa y mirar como cae el agua desde el otro lado del cristal...para pillar la mantita por banda y coger un libro entre tus manos...y exprimirlo cuanto puedas...
Pero los días de lluvia también te traen recuerdos lejanos, de un tiempo mejor, de los que no están, de los que te aprecian, a los que aprecias, de la gente nueva que entra en tu vida y marca algo en ti...Pero hoy, este día de lluvia me trae al trabajo con mi paraguas transparente y mi cámara en la mano...y mejor que recoger fotografías con ella, me quedo con una instantánea, alguien que ha sufrido y que...no sé ni siquiera por qué razón, ha confiado en mí para hacerme partícipe de un miedo, unos sentimientos y un rincón precioso que grita hacia el cielo...hacia esos que no están y nos miran desde un pequeño agujerito, para saber que estamos bien y que su protección nos llega. Si duro pensamos que es perder a alguien, más duro es quizás tener la sensación de que no hemos acabado de poder aprovechar el tiempo con esa persona...y por eso quiero que tu rincón, que tu carta al cielo sea más que un saco de sentimientos tristes, una caja de sorpresas, de nuevos momentos que compartir y de sonrisas...sonrisas sinceras, a carcajadas (como las que te salen como te hacen cosquillas). Demuestra que hicieron que cayeras pero te has levantado, imprime fuerza a tus palabras y, cuando tus sentimientos vuelen sobre el teclado, haz que no sean tristes, conviértelos en alegres, por los que sabes que esperan algo de ti más que lágrimas...

viernes, 12 de noviembre de 2010

Ante ti...

Cual niña irreverente que intenta captar tu atención me muestro ante ti, para que centres tu atención en mi, para que me mires a los ojos y veas la ternura que emanan si te pienso, pero como es imposible, supongo que es preferible no desnudarme más ante ti, porque cuando lo hago siento que la sangre me emana de las venas pero cuando lo pienso y recapacito, me siento tonta.
No quiero hacer caso de esos consejos que me abordan, no quiero rendirme a lo evidente o a lo que parece evidente, sólo quiero escuchar de tu boca lo que quiero, lo que deseo, porque sería demasiado frustrante haberme implicado contigo para que se quede en nada, en un vacío lejano que no pinta nada en ese lienzo blanco que desplegué ante ti pensando que tendrías dotes de buen pintor...o por lo menos, ganas de pintar en él...
Pero ahora es la decepción la que corre por mi ser, la que abunda en exceso, la que no me deja dormir y me ahoga en silencio, la que me confunde, la que me hace pensar y pensar...pero supongo que todo tiene un final...

martes, 9 de noviembre de 2010

Mil y una cosas...que hacer contigo...

Un paseo por la playa. Que recorras mi espalda con un dedo. Un mordisco en el cuello. Deslizar mi lengua por tu anatomía. Dibujar un corazón en tu vientre. Revolver tu pelo. Acariciarte el rostro. Desnudarte con sólo una mirada. Jugar a dejar que creas que tienes el control. Una mirada cómplice. Hacerte cosquillas con mis uñas. Saborear el dulce sabor de tu piel. Palpar cada centrímetro de ti. Mantener una lucha entre tu lengua y la mía. Crear el ambiente. Buscar tu lado sexy. Desnudar tu pudor. Hacerte perder el control. Desearte y que me desees. Quererte a medias y volver por la otra mitad. Sentirme deseada. Corresponder tu energía. Que sientas que te siento. Deleitarme observándote. Un cálido abrazo. Perderme refugiada en ti. Hacer que un silencio tenga el mayor de los significados. Esconder tus defectos. Mordisquear tu oreja. Besar la punta de tu nariz. Alejarte y acercarte a mí. Que mis besos te inunden todo. Buscar tu picardía. Que despiertes mis sentidos. Cargar de emoción cada encuentro. Que me abraces cuando menos lo merezca. Dormir abrazada a ti. Hundir mi cabeza en tu pecho. Descubrir qué te gusta de mí. Un beso apasionado bajo la lluvia. Que conviertas mis defectos en virtudes. Reir a carcajadas. Escribirte una carta. Disfrutar de cada segundo. Escuchar tu respiración. Alterar tus constantes. Enviarte mensajes de amor escalonados dándote mis razones. Buscarte en mitad de la noche y despertar tus instintos. Crear nuestra banda sonora. Reflejarme en tu mirada. Que me bombardees con piropos. Sentirme guapa para ti. Escribirte un simple te quiero. Recrear mi vista n ti. Que mis manos lo aprendan todo de ti. Compartir banalidades contigo. Que me cuentes tus miedos. Regalarte una flor. Enviarte un poema. Regalarte una parte de mí. Mil imágenes que sólo nos tomen a nosotros. Una escapada juntos. Tener ilusión por verte. Elegir la ropa interior con intención de gustarte. Que me ames sin medida. Hacerte el amor en sueños. Contar los lunares de tu piel. Que me cuentes el por qué de tus cicatrices, la que te marcan y las que no se aprecian. Buscar un nombre con el que sólo yo te identifique. Cifrarte mis sentimientos y los desencriptes. Compartir una fecha especial. Que te ilusionen mis regalos. Que compartas una golosina conmigo. Ser tu bombón. Compartir una película de miedo y una comedia romántica. Que me conozcas y te pueda conocer. Calmar y dominar tu inseguridad. Sacarte de quicio. Pelear contigo y compartir la reconciliación. Que me veas como quiero que lo hagas. Compartir tus aficiones y que disfrutes con las mías. Contemplar el cielo estrellado y poner tu nombre a un astro. Despertar junto a ti. Sentir que me perteneces. Olvidarte y recordarte al segundo siguiente. Que me mimes. Que me regales tu mejor sonrisa. Una pelea de cojines. Disfrutar de una ducha a medias. Saltar sobre los charcos los días de lluvia. Una velada romántica. Escribir nuestro diario a medias. Besarte con la luna de testigo. Soñarte cada noche. Compartir contigo mi canción y que me dediques tu preferida. Que me cojas de la mano cuando menos lo espere. Pasear como dos adolescentes. Compartir tus miedos y dar riendas suelta a los míos. Y...un paseo por la playa

domingo, 7 de noviembre de 2010

Cuento por la Igualdad

Mi granito de arena para combatir o intentar cambiar una lacra social que se repite mes a mes, día a día y que parece no parar...la violencia de género y como se acerca el Día Internacional contra la Violencia de Género, 25 de noviembre, que mejor que un cuento...que mejor que utilizar la palabra...
¿Por qué me toca recoger los juguetes, intentar hacer mi cama o poner y quitar la mesa todos los días cuando mis hermanos, chicos, ni siquiera reciben ese tipo de encargos? Hola, me llamo Rebeca, tengo 8 años y como veis, muchas preguntas sin respuesta. O sí, habrá que comprobarlo.
Efectivamente vivo en el siglo XXI, en El Puerto, aunque mi profesora dice que parece que procedo de una tribu africana o de la Guerra Civil española. Creía no entender esas apreciaciones, pero ahora sí. Asegura que tiene que citar a mis padres porque mis relatos le hablan de desigualdad. Cuando en clase nos preguntan qué hacemos cuando terminamos de comer o de hacer los deberes, mi respuesta es que ayudo a mamá a recoger la mesa mientras mis tres hermanos (dos más pequeños y uno mayor que yo) juegan. Y después hago los deberes y casi siempre antes de merendar lo que me toca es dejar el salón sin juguetes, porque mamá dice que recojamos, si no se lo dirá a papá cuando vuelva del trabajo y que nos obligará a tirarlos. Evidentemente, tengo que guardar todo lo que mis hermanos ensucian y dejan por en medio, así que con suerte tengo unos minutos antes de la ducha, cuando no me toca ir a clases particulares o a baile, para poder jugar con mis muñecas.
Mis hermanos eligieron que querían dar clases de tenis, padel o fútbol y yo que tanto me gusta el baloncesto, me vi apuntada a clases de baile, porque mi madre dice que tengo que fomentar mi lado femenino, y qué mejor que hacerlo de esa manera según ella. Cuando mi seño habla de igualdad siempre pone mi caso como el claro ejemplo de lo contrario, porque mis padres, parece ser que chapados a la antigua, dice ella, están fomentando que mis hermanos se acostumbren a ser los hombres de la casa, y repetirán esos roles cuando sean mayores y formen sus familias, y yo en cambio quiera ser ama de casa de manera voluntaria o me doblegue a lo que quiera mi pareja, pero yo no lo tengo tan claro.
Hay veces que no alcanzo a entender lo que me dice, pero está claro que yo seré como mi tía Celia, porque mis primos Marta y Luis ayudan en casa a partes iguales y tienen el mismo tiempo para jugar. Esa norma que me enseñaron en clase de imitar aquello que creo que está bien la voy a cumplir, y por lo que dice mi profesora, lo que aprendo en casa no es lógico de la igualdad entre hombres y mujeres que ella nos intenta inculcar y que esta sociedad trabaja por hacer realidad con medidas paritorias (una palabra que apenas controlo), normas y leyes que vayan imponiendo cordura en nuestro entorno y en definitiva con la introducción de pequeños cambios en nuestros hábitos.
La seño les ha dicho a mis padres que soy una niña muy inteligente y que tengo claras las cosas a pesar de mi edad, por ello en casa acato las normas y las órdenes, pero sabiendo que la libertad que le dan a mis hermanos de no contribuir no es lógica y que gracias a dios en la escuela y en hogares tan cercanos como el de otros familiares estoy aprendiendo valores que ellos me niegan. No quiero ser una criada como dicen mis hermanos, ni quiero estar todo el día sirviéndolos como hace (bueno hacía) mi madre, no sin protestar en algunas ocasiones, con mi padre, que no escatimaba en detalles por él hasta hace bien poco.
Y es que he de contarles que los sermones de mi tía Celia y los consejos de mi profesora han hecho posible que salga de una vez la verdadera personalidad de mi madre. Perdonen, se me olvidaba, ahora tengo trece años y las cosas han cambiado mucho en casa. Creo que mi madre necesitaba un empujoncito para darse cuenta de que el modelo patriarcal instalado en mi casa no era el adecuado y aunque eso ha costado que mis padres se separen porque mi padre no estaba dispuesto a cambiar lo que cree la mejor manera de educar a
sus hijos, yo tengo que decir que estoy contenta porque ahora tengo tiempo para jugar, pueden venir mis amigas a casa o yo ir a las suyas, sin que me contaminen con ideas algo revolucionarias como decía mi padre, y sólo tengo que recoger lo que yo dejo por en medio. Me he visto obligada a crecer de manera avanzada, pero no me importa haber condensado algunos capítulos de mi niñez, porque el resultado es positivo.
Evidentemente nos repartimos las tareas de casa los cuatro, aunque mis hermanos lo hagan a regañadientes. Pero mi madre trabaja el doble que cualquiera para poder sacarnos adelante. Y creo, aunque tampoco me lo ha explicado nadie, que eso es una nueva injusticia entre sexos, porque cuando mi padre vivía con nosotros a mamá no le hacía falta trabajar (y papá tampoco la dejaba porque he oído muchas discusiones entre ellos por eso), con un sueldo vivíamos bastante bien y ahora mi madre llega muy tarde a casa y rendida de la jornada laboral. Ah, también se me olvidaba, ahora puedo ir a clases de baloncesto, a un equipo mixto, porque el de las chicas me parece deasiado sectario (creo que así se dice). Volviendo al hilo de lo que decía, tengo claro que, cuando forme mi familia, mi modelo a seguir no serán mis padres, por lo menos no los de antes, porque mi madre ahora me parece una luchadora, pero antes una sumisa, como le dice su hermana, es decir, mi tía Celia, y auque no entiendo qué significa, sé que es malo. Y todo se lo debo a mi profesora, que puso en alerta a mi madre y le dio herramientas para que dejara a un lado un modelo de vida que no sólo le perjudicaba a ella, aunque parece que se había resignado a ello, sino a mi también, por ser la única chica de la casa, pero también a mis hermanos porque a la larga ser como mi padre les costaría caro. Mi madre se siente arrepentida y ya me ha dicho muchas veces que siente haberse portado como una necia llevándome por un camino que no quería ni para ella, por eso rompió con todo lo que tenía en el pasado, excepto con nosotros y nuestra casa, porque por ley le pertenece puesto que se quedó con nuestra custodia.
He aprendido una gran lección, y es que en la escuela no sólo deciden si aprendo a leer o a sumar, restar o incluso a comportarme, sino que también me inculcan valores para que tenga las mismas oportunidades que el resto de mis compañeros, ahora que sólo tengo edad de aprender o jugar con mis muñecas y el día de mañana cuando decida qué quiero hacer, en qué trabajar, qué estudiar, cómo estructurar mi hogar (si lo formo), sin duda también eso que dicen que es la igualdad entre hombres y mujeres, pero aún observo muchas diferencias entre los que me rodean, aunque ya sé lo que está y no bien. Pero esas desigualdades se las contaré otro día si quieren escucharme, porque tengo muchos ejemplos más de lo que vive mamá en el trabajo a raíz de que su sueldo sea inferior al de otros compañeros o sus posibilidades de poder ascender sean menores...


sábado, 6 de noviembre de 2010

Comerme el mundo!!

No siempre te atreves a decir que hoy te sientes bien, que nada te afecta, que no tienes problemas, que te da igual lo que murmuren a tu espalda, porque te sientes bien contigo misma, porque las decisiones que has tomado, bien tomadas están y llega ese día en que la confluencia de distintos hechos que se van sucediendo y además algo que escuches por ahí te da la solución, la fuerza para decir que ya basta, que hoy tengo ganas de comerme el mundo, y que no tienes complejos frente a nadie, que no pueden contigo, por mucho daño que pretendan hacerte, que no perdonas pero que estás dispuesta a olvidar, pero ojo, por tu propio bien y no por nadie, porque a nadie sólo a ti te importa lo que pase a tu alrededor o lo que te incumba a ti...
Hoy te levantas con ganas y afrontas lo que ayer te hizo daño, dejas que no se escape una lágrima de tus ojos y calmas tu ansiedad con otras historias que te hacen feliz, porque evidentemente para sortear algunos problemas necesitas pensar en otra cosa...y yo hoy estoy dispuesta a hacerlo y a cumplir en el futuro...próximo