Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



domingo, 23 de octubre de 2011

Monotemática

Me he vuelto monotemática, y quizás por eso cada vez tengo menos ganas de escribir. Primero porque me aburro a mí misma, y segundo, porque si cada vez presiento que tengo menos lectores, menos voy a tener. No digo que vaya a cambiar de manera radical, pero sí que confío en poder mostrar otras tantas cosas de ahora en adelante. Siento que he perdido la frescura que tienen algunos de mis textos, la magia de otros o los sentimientos que me hacían sentir la piel de gallina en otros casos. He llegado a sentir la necesidad de tener que leer muchos de esos textos, inspirados en personas, momentos, sentimientos o ideales, y ahora en cambio me siento aburrida, estancada y sin ganas, sin ganas de transmitir, y sin posibilidad de ser capaz, sin ánimos, sin fuerzas y sin forma alguna de poder cambiar esa monotonía.
Quizás todo sea cuestión de cambiar el prisma, la forma de escribir. Quizás sea cuestión de intentar ver más allá, y de dejar atrás lo que ha alimentad muchos textos para nada. Así que, tengo ganas de decir adiós a eso...Ahora sé que es cierto que el tiempo es el único, el sabio que cura las heridas, que calma el dolor, que hace que los sinsabores desaparezcan, o por lo menos se diluyan hasta ser una parte ínfima de una amplia paleta de sabores...Por eso quiero dejar de escribir de todo eso...por ello lo intentaré y confío en que así sea...

viernes, 14 de octubre de 2011

Desaprender...

¿Se puede desaprender?...Algunas veces, y en situaciones muy concretas, tengo la sensación de que yo por lo menos he acabado desaprendiendo ciertas cosas...Eso que me hacía fuerte, impulsiva, algo más extrovertida e incluso más caradura. Pero no sé si es cuestión de edad, de prudencia o de errores cometidos, que ya no tengo tan claro que sepa actuar como debiera.
Me pierdo en lo que debería ser o lo que me gustaría, lío la práctica y la teoría y no sé si es correcto o no, y hay veces que creo que puedo conseguir mi objetivo y otras que no. Algunas veces pienso que si debe funcionar, funcionará, y otras que no tengo nada que hacer.
Una pregunta muy insistente es, será que persigo objetivos imposibles. No siempre lo creo así,  cuando soy objetiva soy capaz de animarme a intentarlo, pero hay veces que de tanto intentarlo y no conseguirlo, te acabas frustando. Así que no sé si será el desaprender, o sencillamente la frustación, pero creo que estoy totalmente fuera de tono...a ver si me encuentro...

domingo, 9 de octubre de 2011

Olvidar...

Olvidar es prácticamente como andar, hay veces que simplemente por inercia acabas haciéndolo, o porque ves que eres el más atrasado en hacerlo y conseguirlo, y al final te esfuerzas y ese esfuerzo tiene recompensa...Quizás alguien te empuja a hacerlo o sólo tú decides que no merece la pena, que tanta lágrima, tanto recuerdo, tanto pensar en todo o tanto ajetreo por poner tu vida del revés por alguna persona, sea quien sea, que parecía merecer la pena como amigo o como lo que sea, no tiene ningún merecimiento. Y entonces es cuando llega ese olvido. O quizás no hace falta que nadie te empuje a ello, sólo tú, al mirar a otro lado, al ver que hay mil cosas maravillosas o gente que puede suplir ese vacío o ese hueco, tiras para adelante sin mirar atrás. Quizás te ilusionas con cualquier pequeña cosa que pase por delante de tus narices, y aunque a los dos segundos se esfume, por lo menos has conseguido olvidar, que era el fin de todo esto. Porque quien no pinta nada en tu vida, en ninguna de sus parcelas, pues no me refiero a una en concreto, no merece tener un hueco en tu memoria, porque ese hueco pueden ocuparlo otras tres mil cosas maravillosas o no tan maravillosas que sí eran lo que tenían que preocuparte...Eso y nada más que eso!
Puede ser duro, extraño o complicado, pero cuando te convences de que tal cual pasaron las cosas sería por algo, esa o esas personas ya no pintan nada en tu vida. Por mucho que pasen a tu lado, parecerán simples extraños; por mucho que quieran arrancar de ti siquiera una breve conversación, no lo harán; por mucho que intenten volver a entrar y formar parte de tu vida, de tu día a día, ya no podrán; porque así es como tú te has sentido durante mucho tiempo, con una puerta cerrada, con una conversación negada y con una palabra de aliento castigándote la sien, cuando eras lo que necesitabas y nadie reparó en eso. Si tú te has sentido así por el comportamiento de alguien, creo que siempre con mucha conciencia de haberlo hecho así y no por casualidad, no mereces tener en el recuerdo a nadie, y mucho menos tener abierta esa puerta por quien nunca la mereció, porque nunca quiso darse cuenta de tu valía, de la importancia que imprimías o podrías haber impreso en su vida. Porque un día gris se pinta de rojo enseguida, lo importante es querer que quieran seguir pintando de colores tu amanecer o tu anochecer; porque un amigo espera hasta que desespera, sentado en el escalón a que salgas a compartir tus alegrías y tus penas, hasta que ya el tiempo se agota; porque una sonrisa te la puede sacar cualquiera, pero no todos seguimos mirando en la dirección de la que viene esa sonrisa, sino que buscamos la que no nos corresponde; porque un gesto bonito es fácil de conseguir, lo importante es corresponder para que nos sigan premiando con éste...y así todo lo que se os ocurra...

miércoles, 5 de octubre de 2011

¿Segunda oportunidad?

Muchas veces la cabeza te pide dar un no rotundo, siempre dependiendo de lo que te haya costado llegar al punto actual y librarte del dolor de cabeza que te haya producido ese asunto...pero hace unos días le dije a alguien que había hecho bien con eso de dar una segunda oportunidad, y a pesar de que el refranero popular o la cotidianidad está en contra, con eso de "las segundas partes nunca fueron buenas". Pero digo yo, por qué no, si en el caso de sagas o trilogías televisivas o literarias funciona, por qué no puede ser en la realidad. Sí, partimos de la base de es que más complicado, pero quién dijo miedo. Si todo fuera tan fácil, quizás ni siquiera lo valoraríamos.
Y dar una segunda oportunidad, a un libro, una película, un objetivo, una relación, una amistad, o sea lo que sea, siempre te beneficia, porque siempre saldrás de dudas y al final averiguas si efectivamente era el camino que tenías que elegir o nuevamente te has equivocado y debes escoger el otro camino (que quizás a lo mejor era el que muchos que te conocen o saben de la situación concreta de la que hablemos te aconsejaron que era el bueno) y porque no te queda el mal sabor de boca, porque quizás si no lo intentas nunca te lo perdonarás, y cuando te decidas a dar un paso adelante, o detrás (no sabemos nunca cuál es el que hemos dado antes) ya sea demasiado tarde.
Por eso creo que hay que apostar por intentar dilucidar aquello que no ha podido ser a la primera, pero como bien le dije a esa persona, si a la segunda no funciona o no consigues tu objetivo, date por vencido/a, porque ya si que no creo en aquello de que "a la tercera va la vencida".