Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



jueves, 23 de agosto de 2012

Va tocando

Ya toca. Toca sentarse, con tiempo por delante. Toca analizar el caos en el que estoy instalada, el desorden que producen alguna situaciones en tu vida y que, en tiempo de vacaciones, no quieres plantearte.
Toca sacar del armario de los sentimientos lo que hay, lo que no, lo que debe desaparecer (como aquello que ocupa espacio y pasó de moda), y lo que debes y quieres conservar. Toca hacer balance, ver en qué me equivoqué, en qué erré, y qué, en cambio, me ha llevado a dar un paso más, a ser yo si cabe, en definitiva, a ser auténtica, porque lo he sido y lo seguiré siendo, aunque haya por ahí quien nunca valore la sinceridad, autenticiad y la claridad, valores que yo tengo muy presente y que, además de habérmelos inculcado, he ido alimentando.
Toca además poner orden, mucho orden, porque un mes de vacaciones ha dado para mucho: risas, imágenes que perdurarán, escribir a los sentimientos (para intentar tachar de mi vida los que hacen daño y a los que se van generando dentro de ti sin que haya un riesgo y una tierra dond poder crecer), fomentar la amistad, emprender proyectos y muchos viajes de ida y vuelta.
Toca analizar, rendir cuentas y poner rumbo fijo hacia el mes de septiembre, que dejará claro que mis vacaciones se agotaron, que la rutina se volverá a intentar instalar aquí, que hay que ponerse nuevas metas y objetivos y desear tan sólo lo que esté a mi alcance, ppues por soñar me veo con una tarea añadida del verano, que no debería haber si quiera tener que haberme planteado.
Pero soy consciente de que ese momento, el de sentarme a reflexionar, lo dejaré, consciente e inconscientemente, para septiembre, porque agosto sigue significando alegría, diversión, playa, sol, perder la noción del tiempo haciendo lo que me gusta, ir sin prisas, no dejar de ver y hacer lo que me apetece...aunque en el tintero se ha quedado, seguro, mucho que hacer...algunas cosas a mi alcance, otras que no dependían de mí, aunque lo intentara...
Ahora toca, ya va siendo  hora de gestionar todo lo que pulula en mi interior sin concierto, sin dejar nada o casi nada de lo que está en mi mano, al azar. Pero ese momento aún tendrá que esperar algunos días...

Germán y la vuelta al cole...

Aunque a Germán se le escapa la situación económica actual, la prima que conoce es la suya y no esa que entraña riesgo como de la que hablan los adultos, y los efectos de la crisis, la subida del IVA, etc, no entiende por qué mamá se empeña en ir al gran súper, como suele llamar él al centro comercial, para comprar "la cosas del cole". Por eo la espeta diciéndole: "mamá, si aún vamos a la playa y no conozco el cole nuevo", aunque mamá intenta hacerle entender que hay que adelantarse, porque después los productos se agotan, miente piadosamente mamá, que como muchas madres, intenta adelantarse a los precios que se impondrán en septiembre.
Pues bien, a regañadientes y con la promesa de mamá de que le comprará un regalito, Germán accede a acudir al gran súper. Pero en menos que canta un gallo se arrepiente, porque mamá empieza probandole algo que ella llama uniforme y que a él le parece feo. "Yo quiero mi chandal de Cars", grita Germán, aunque mamá intenta explicarle que en su cole debe llevar uniforme. Una vez pasado ese trago, mamá le invita a elegir una mochila, porque la de la guardería se le ha quedado pequeña. Germán se ve ante un montón de mochilas, que ve enormes, aunque mamá le ha explicado que no hay problema porque tienen ruedines para manejarlas.Pues bien, Germán intenta tomarse un rato de reflexión, aunque mamá lo azuza poruqe su hermanito, Pablo, tiene que comer en breve. Bien, después de pensarlo mucho, escoge una de sus personajes preferidos, aunque mamá teme que se arrepienta cuando piense en las que ha dejado atrás, por eso lo apremia para que se lo piense bien.
Otro trámite resuelto. Ahora mamá va a la sección de los calcetines y los zapatos y Germán pone cara de aburrido, excepto cuando mamá le enseña las zapatillas tan chulas que le quiere probar, aunque no se le escapa que también le quiere comprar unos zapatos que no le gustan, aunque insiste en que son los que llevan los niños en el cole nuevo.
Y para terminar, mamá va a por los libros, que los tiene encargados desde hace tiempo para no caer en el error de que se agotaran. Ya como recompensa por su paciencia le dice que elija un cuaderno y lápices de colores para cuando dibuje en casa, pues afortunadamente del material escolar se ocupa el centro.
Cuando llegan a  casa, papá le pregunta a Germán cómo se lo ha pasado y aunque responde que bien, le suelta, porque aún se acuerda, de que el uniforme y los zapatos no se los piensa poner porque son feos, aunque la respuesta de papá es como la de mamá, que en el cole al que va a ir todos los niños van vestidos igual, así que finalmente se resigna, aunque sus padres saben que habrá una pequeña lucha y pataleta los primeros días de la vuelta al cole, aunque aún falten algunas semanas.

viernes, 17 de agosto de 2012

Entre la gente me veo

Entre la gente me veo, realmente no sé si es un sueño o una situación vivida pero que no recuerdo. Rodeada de gente, en una calle, pero no de una ciudad cualquiera, Cádiz, Cádiz capital, llena de gente, la misma gente que me sobrepasa, que va con prisas o tomándose su tiempo, pero que de cualquier manera me adelanta, me deja atrás, mientras yo sigo clavada en el mismo punto, donde me veo desde hace un rato, sin saber si quiero moverme o permanecer ahí, quieta, parada, viendo a la gente pasar.
 Veo pasar a solitarios que van pensando en sus cosas; o a dos cogidos de las manos que de vez en cuando se van mirando a los ojos, demostrándose amor; a otros pendientes de sus pequeños, de sus rabietas, sus constantes peticiones de atención; a otros que van contemplando el cielo azul; a otros que se atusan la vestimenta, como si quisieran aparentar haber salido de la ducha hace ni dos minutos; a otros que miran, igual que yo, a la gente pasar, viendo sus expresiones, intentando ir más allá, calculando sus pensamientos y deseando entrar en sus mentes para ver qué piensan.
Pero efectivamente son sólo sueños, ideas al vuelo que se dejan caer por tu cabeza en un momento de soledad, de esa soledad que buscas a propósito, ésa que todos necesitamos de vez en cuando, en casa, mientras el sofá te atrapa en un momento de sueño; en la cama mientras repasas el día que has vivido o al amanecer, cuando delante de ti se abre un mundo de posibilidades, o en cualquier lugar, incluso en la playa, en uno de esos silencios en los que nadie habla, en los que todos se sumergen en sus intenciones, sus pensamientos, sus quehaceres o sus dichas o desgracias.
 

miércoles, 15 de agosto de 2012

Los polos opuestos

Pensé que los polos opuestos se atraen, porque sigo pensando que iguales no somos, pensé que habría un camino intermedio, como el que forjan muchas personas en común, y aún ahora sigo esperando a que des tu brazo a torcer y reconozcas que me has descuidado, que te he dado igual, o que ha sido un craso error que tiene una solución. Pero yo no puedo pedir más, ya creo que todo lo pedí, he derramado tinta y he rellenado hojas en blanco para explicarte una vez  y otra más lo que siento, lo que he llegado a pensar y sentir y de nada ha servido. He dado un paso y otro, y quizás otro, en ese sentido, para que me entendieras, me comprendieras, y te has quedado de brazos cruzados, sin que te importase en qué condiciones me quedaba.
Y me pregunto si fue un sueño, pero sé que no es así; y si una mentira, peero no, porque sé que yo algo viví; si un espejismo, y digo que no, porque yo sé que algunas cosas fueron reales, pero tan reales como el dolor que tu pasividad y pasotismo imprime a estos días, que se convertirán en días nublados, llenos de frío y que harán que todo se quede en el olvido, porque soy incapaz de volverte a explicar lo que siento en mi interior, porque tu reacción volverá a ser pasar de lo que te explico, la falta de entendimiento por toda respuesta o tu orgullo de quedar por encima, aún estropeando o matando todo aquello que pudiera sentir, pues hablo por mí, la que ha dejado plasmado en un papel, que miro y remiro creyendo que no le falta ni una sola de las cosas que quería expresar, lo que hay en mí...
Quizás pido demasiado, aunque me parece que no, pues cuando alguien te importa le bajas la luna si hace falta y el camino no se hace pesado; le regalas la flor que has cortado del jardín y le parece la más bella; le das un beso que hace que las mariposas revoloteen en su interior; le ofreces una mirada cómplice que explica lo que hay en ti; le rozas la cara sin tener que decir más; y si no puedes rozar sus labios o besar su cara te diriges a ella para que, sin tenerte delante, comprenda lo que sientes...Seguir esperando que aparezcas quizás es una tontería pero cuando algo manda dentro de ti no manda la racionalidad...

lunes, 13 de agosto de 2012

Soñé...

Ahora que el día comineza, una semana más sin saber cómo la afrontaré aún, quiero escribir, antes de que se difumine en mi mente, lo que anoche soñé, lo que tan vívido me pareció en ese momento, tan vívido que parecía real, hasta que el sol empezó a provocar que mis ojos se abrieran e hicieran que me diera cuenta que sólo fue un sueño.
Un sueño que por real me creó rabia al amanecer. Delante de mí te encontré, no alcanzó a recordar cómo llegaste a mí, pues entiendo que ya pusiste un rumbo separado de mi camino. Delante de mí y sonriendo, acercándote a mí, dándome un beso y contándome al oído que sentías lo ocurrido, un malentendido de orgullo desmedido que te impidió darme esa atención que te pedía, que provocó que creyera que no querías saber de mí, contarme, hacerme partícipe de tu vida. Y en un momento, me incluiste en ella, como yo quería estar, pero en la que no me dejaste entrar tiempo atrás. Y cogiste mi mano, y me abrazaste, dejando que me aferrara a ti, y así me quedé durante un instante que me pareció eterno, porque era lo que deseaba. Y nos fuimos paseando, mostrando a todos que no hay vergüenza alguna de que nos vieran juntos, y seguiste diciéndome que me quieres en tu vida, que harías todo aquello que estuviera en tu mano, es decir, todo, todo, para que nunca más pensara que de mí te habías olvidado, que no me querías, que no querías estar a mi lado, que no creyera que todo lo vivido fue una mentira, que de nada sirvió el camino andado...
Y así transcurrió mi amplio sueño, pues tengo la sensación de que fue largo y agradable, tanto como para que finalmente lo recordara, porque poca suerte tengo de acordarme de los sueños que me asaltan de noche. Pero éste sí, por eso lo dejaré en mi rincón, para poder recordarlo cuando esto no me haga daño.
Porque ahora que he vuelto a la vida real, que el sol me ha rescatado de la fase del sueño agradable, comprendo que todo sigue igual, que no sabré de ti y que no te veré en ningún momento como en mi sueño, aunque fuera mi petición si este fin de semana hubiera visto alguna estrella de esas que dicen que cumplen los sueños, los deseos de aquellos que se acercan a ellas, tan fugaces pero tan receptivas, en un cielo despejado y con la luna de testigo. Y digo que no es orgullo, no, sólo que poco queda por decir de mi parte, creo que te he escrito cientos de palabras, unas enlazadas a otras, unas unidas a otras dando significado a todo lo que siento, a lo que creo que merezco, a lo que me castiga, incluso direccionándote hacia aquello que me hace daño y a mi entender tan fácil se podía sanar, pues no pido la luna, aquella que un día creo que hubieras querido bajar para mí si te lo hubiera pedido. Pero sólo te importó dejar tu orgullo por encima, o yo que sé, aunque no trata de orgullo, sino de sentimientos, los que aún existen y buscan una salida en mí.
Me encantaría que mi sueño se cumpliera, verte frente a mí, con ese beso de por medio y ese cálido abrazo, interminable, donde quería sentirme segura...

domingo, 12 de agosto de 2012

Mi corazón

Tantos corazones que me da por hacer, de fieltro, de papel o en la arena de la playa, son los que moldeo, a los que doy forma y cuido cada detalle, cosa que últimamente no hago con el mío. No cumplo con darle todo lo que se merece.
En los últimos meses sólo lo he hecho sufrir, sí por amor, por hacer que se encaprichara en alguna que otra ocasión por aquellos corazones que no estaban a mi alcance.
Y un día me sorprendí dando a un corazón amable la alegría del mío, pero creo que confundí amabilidad con sentimiento o así me lo hizo creer ese corazón malvado y despiadado, que sabía que el mío venía herido y necesitaba amor, cuidados, sensibilidad y paciencia, porque la recuperación sería lenta, pero al final resulta que la herida del ayer lejano se cerró y ese nuevo corazón abrió otra con alevosía, por el puro capricho de hacerlo sin razón sin más, porque su objetivo era dejar malherido a mi corazón, al que palpita y no al de fieltro o papel, al que siente y padece y no a los que se arreglan con un remiendo.
Por eso supongo que toca recomponer lo que ahora está roto, como el mecanismo de un reloj que se ha cansado de ir a mil revoluciones sin ser engrasado y decide pararse.
Toca ponerle una tirita a mi corazón, grande y que pueda tapar todas las grietas que tiene ahora y que lo hace más vulnerable. Supongo que incluso tocará meterlo en un cajón y no dejar que pasee en un tiempo, porque otro golpe como el de ese otro corazón, duro, puede hacer que no vuelva a revivir, a latir, a querer, a soñar...nunca más...

viernes, 10 de agosto de 2012

Otro amanecer...

Veo amanecer otro día, otro largo día con sus 24 horas por delante. Otro día que estaré rodeada de gente, de gente que, por mucho que lo intente, no podrá calmar lo que siento por dentro, rabia, desazón y desilusión. Gente que no podrá aguantar mis lágrinas y las tendrá que acallar con su consuelo, gente que me mirará a los ojos y verá ese brillo, no de felicidad, sino de lo contrario.
Como ya ocurriera ayer o anteayer o hace más, porque no sé desde cuando me planteo todo esto, mientras sigues impasible, sin que te importe lo que vivo, como si no fuera contigo, sin que a pesar de habértelo suplicado o incluso lo hayas asegurado, y por tanto, faltes a tu palabra, hayas querido darme una explicación o simplemente convencerme, pero con hechos, porque las palabras al final, se las lleva el viento, como bien estoy comprendiendo, de ahí que hayas suplicado al levante que haya soplado tan fuerte estos días. Convencerme de que lo que hay en mi mente es injustificado y te he malentendido.
Pero no, hace mucho que no te diriges a mí, hace mucho que no te importa si estoy o no, si me haces daño con tu silencio, tu indiferencia o tu pasotismo, cuando yo esperaba, uno y otro día, todo lo contrario, que quisieras calmar ese extraño sentimiento que en mí nace y es imposible acallar, que quisieras saciar mi sed, de escuchar lo que creía que era realiad...Pero nada de eso hay.
Lo peor es que ya te lo he dicho muchas veces, más de las que debería y no voy a caer en repetir a unos oídos sordos algo que no quieren escuchar, porque no lo creo necesario, si no has querido entenderme ya, jamás lo harás, y creo que ya me has demostrado, sin palabras, sin entendimiento, sin sinceridad, mirándome a la cara o sin hacerlo, que es lo que hacen los cobardes, y queriéndome apartar de ti, lo que hay.
Aunque siempre esperé esas palabras, las que me confirmaran que me invento lo que siento, y si no es así, las que corroboren lo que me quema por dentro. Es una peña, y al final seguiré pensando, muchos días más, que fue un error abrirte mi corazón, porque creo que sólo querías hacerle daño, mientras otra era, es o será la que realmente esté en ti, en tu corazón, seguiré pensando, sufriendo hasta que un día el amanecer no me duela, aunque no pueda decir cuándo llegará ese día, ya quisiera saber, porque el sufrimiento gratuito que imprimes en mí y me toca vivir, no es justo.

Pd: muchas gracias a todos los que, sólo con mirarme a los ojos, sabéis que me cuesta expresarme, y lo dejáis pasar, aunque en algún momento es inevitable preguntar y en algún otro es complicado no explicar lo que me quema por dentro, aunque no me quedan ya ni formas, vías, ni palabras para hacerlo entender...

miércoles, 8 de agosto de 2012

Germán y las atracciones

Mamá cumplió su promesa y llevó a Germán al parque de atracciones. Papá se acercó a despertarlo, puesto que la idea era aprovechar todo el día en las atracciones, para que cundiera el dinero de la entrada. Pues bien, le hicieron falta varios intentos para que finalmente se desperezara y saludara a papá con una sonrisa en los labios, que se hizo más intensa aún cuando le dio la sorpresa. Se puso a gritar como loco ¿nos vamos al parque de atracciones? ¡nos vamos a la noria, a la montaña rusa, a los coches de carreras! ¡yuju!...Emocionado, quiso desayunar rápido, vestirse, e incluso hizo ademán de lavarse la cara, los dientes, y todo aquello que en otras ocasiones tanto le cuesta hacer si no es con mil y una súplica por parte de sus padres.Y mayor fue la sorpresa cuando papá le indicó que se pusiera el bañador y las zapatillas. Al principio se sintió un poco confuso, porque pensaba que iban a la playa o la piscina, y pensó que lo habían engañado para que se levantara, pero después entendió, cuando papá se lo explicó, que en ese parque de atracciones hay algunos juegos de agua. Entonces sí que se puso contento.
Pues bien, su pequeño estómago crujió unas cuantas veces en el trayecto del hotel al parque, y mamá le preguntó si estaba nervioso, a lo que asintió con la cabeza. Una vez se bajó del coche y vio la puerta de ese gran lugar, se sintió en el paraiso, e inconscientemente dio un largo suspiro, en esta ocasión de satisfacción.
Una vez entraron, papá cogió un mapa, para él un amplio papel, gigante, con muchas letras, dibujos y números. Algo ininteligible. Y así, papá le fue indicando algunas atracciones cercanas donde podían ir al principio de ese intenso día, para quedarse cerca de la zona de restauración, pues había que comer, y Pablo también tenía que tomar su biberón, a ser posible en un espacio con sombrita.
Se montó en la montaña rusa, con agua; con una pistola jugó a derribar patitos; en la noria, en la pequeña, y después con papá en la grande, disfrutando con cada subida y bajada, porque le hacía un cosquilleo agradable en el estómago; se metió en un túnel con agua fresquita, con una resbaleta grande que daba a una piscina; en una piscina con gigantes olas; y sobre todo, con la energía gastada en todas esas actividades, comió y merendó como a mamá le gustaba, con mucha ansia y con ganas. Por eso se quedaron hasta última hora, como regalo mamá le preguntó si quería quedarse al espectáculo de piratas, y dijo que sí encantado, sin pensárlo. Por eso salieron del parque de noche.
Evidentemente, y como esperaban papá y mamá, Germán cayó rendido en el coche. Se durmió nada más arrancar, por eso no le dio tiempo a ni siquiera dar las gracias a sus padres por aquel día...ZZZZzzZzzZZZ, su sueño fue agradable, plácido y largo, muy largo, hasta la mañana siguiente bien tarde.

Perdona si te llamo amor (extractos)

Yo voy a mi ritmo, y tras varios éxitos de Federico Moccia con sus libros y sus sagas de amor, me ha dado por leer todos los libros. Hay que decir que influye que la editorial nos mandara al periódico Esta noche dime que me quieres, que me metió el gusanillo en el cuerpo, que se estrenara la película Tengo ganas de ti, con Mario Casas como prota, lo que ha hecho que me sumerja en el mundo de Moccia. Por cierto, he de dar las gracias a mi vecina, porque ha sido quien me ha prestado los libros. Y he terminado de leer Perdona si te llamo amor, y me ha dado por apuntar algunas citas, quizás muchas, que me han parecido hermosas, por eso voy a reproducir algunas de ellas, porque son significativas, bonitas y agradables de leer. Si no habéis leído el libro, o bien si lo habéis hecho y no habéis reparado en ellas, os las dejo aquí:

- Que yo no estaba previsto. No podías prever de antemano ir a todos esos sitios conmigo.
Desde luego, no nos conocíamos.
Niki se baja del coche.
Tú eres sólo un accidente. Y cierra la puerta

-Alessandro sonríe y arranca.
Tú si que vas directa al grano.
¿Y qué hay e malo en eso? ¿De qué sirve darle vueltas? El mundo ya se ocupa de dar las vueltas ¿no? Yo voy directa.
¿Por qué eres así? Alessandro se vuelve y la mira, intentando estudiarla. ¿Una desilusión amorosa? ¿hija de padres separados? ¿Sufriste violencia de pequeña?
No, de mayor. Justo esta mañana, por parte de uno con un Mercedes...Yo voy al grano, pero tú pasas.

-De mí te puedes fiar.
Alessandro sonríe.
¡Seguro! Lo máximo que puedo perder es el seguro del coche.
No, lo máximo que puedes perder es el miedo.
¿Cómo?
Porque te toca volver a creer en todo aquello en lo que has dejado de creer.

-¿Por qué? Simple. Simple de ánimo.
Pero a veces las cosas simples son las más difíciles de alcanzar. 
No te hagas el complicado ¡En serio! Juntos podemos conseguirlo...Además, está bien claro lo que tú deseas. Las cosas que quieres. Se ven, se leen y aunque no las hubiese comprendido, al final me las ha sugerido su corazón.

-¡Guau! No me lo creo. Tira el cigarrillo al suelo y se le echa encima completamente desnuda. ¡Soy feliz! Me gustas un montón. Es decir, en realidad no soporto los celos, o sea, que alguien esté celoso por mí. Yo pienso que dos personas o se aman o no, por lo que los celos no tienen ningún sentido. ¿Para qué vas a estar con alguien si no lo amas, no? Pero tú, que pareces el hombre frío por excelencia ¡estás celoso! Bueno, digamos que me puedo volver loca.

-Qué compilación tan bella ha hecho Enrico. Luego un recuerdo. Y otro. Y otro más. Pequeños flashes. Frames de amor. Sabores, perfumes, detalles, los momentos más bellos de una película inolvidable. Niki. Qué sueño. Pero ¿ha sucedido de  verdad? Claro que ha sucedido. Y qué ha sucedido...Es realmente una muchacha hermosa. Y dulce. Y generosa. Y divertida. E ingeniosa. Y despierta. Y tierna. Y...y tiene diecisiete años.

-Buenos días, mundo. Tu Niki reportando. Espera que me desperece un poco. No me lo puedo creer...¡Fue maravilloso! Basta, deja de pensar en ello, Niki. Vuelve a la normalidad. Fly down...Mantén los pies en el sueño. No a tres metros sobre el cielo. Cuanto más arriba se sube ...¡más daño se hace uno al caer! No quiero traerme mal fario a mí misma, pero ¡vaya! Así mejor.

-Alessandro la besa y se dejan ir, y apagan las luces y se derrite un poco el helado. Y un poco también ellos... Y poco a poco los invade un sabor. Y juegan, y bromean, y colorean las sábanas de gusto y de deseo y de juegos alegres y ligeros y atrevidos y extremos...Por un momento, Alessandro piensa ¿y si alguien entrase ahora?

-Un libro debe hurgar en las heridas, provocarlas, incluso. Un libro debe ser un peligro.

-Niki sonríe y lo besa con pasión. Y se divierte. Sí. Un beso divertido, con la lengua; un beso que sabe a amor y juego. Lleno de sabores buenos y de deseo y de mar abierto y de tanta cosas más. Una lengua que tiene sueños que contar. Y se tumban en el sofá. Niki tiene las piernas suaves y tantos tenues aromas que parece un prado florido, misterioso, oculto tras el bosque, enteramente por descubrir.

-Entonces lo entendió. Eso era lo que le habían robado. El amor. Mi amor. Aquel que había ido edificando día tras día, con paciencia, con ganas, con esfuerzo. Y Elena es la ladrona. Lo cogió y se lo llevó consigo, saliendo por la puerta principal de una casa que habían construido juntos. Cuatro años de pequeños detalles, la elección de las cortinas, la disposición de las habitaciones, los cuadros colocados en un orden que seguía la luz del amanecer. Puff. En un momento aquella diversión, aquellas pequeñas discusiones acerca de cómo organizar la casa desaparecieron. Adiós a todo.

-También yo le había pedido a Elena que se casase conmigo. También nosotros hubiéramos podido pasar nuestros días separados, cada uno con su trabajo, pero unidos siempre, cercanos, y llamarnos de vez en cuandoo por teléfono para un saludo, un beso, una broma, coo esta señora que está delante de mí hace con su marido.

-Alessandro sale de la ducha y se seca a toda prisa. Luego empieza a vestirse ¿Sabes qué es lo malo de esta vida? Que ni siquiera se tiene tiempo para el dolor.

-Ella lee el mensaje. Es verdad. Mañana es nuestro aniversario. El primero. Demonios. Pero esta noche no podemos pasarnos, mañana tengo control a primera hora. Lo veo venir, me quedaré dormida. Jo. Esta tarde tengo que comprarle un regalo. ¿Dormida? ¿Tengo que? ¿Un regalo? Pero ¿qué estás diciendo? eh, psst, te acuerdas ¿verdad? Es aquel por el que te morías el año pasado.

-Tiene que ver. Has dicho que no quieres responsabilidades. De lo contrario, te limitarías simplemente a empezar una historia conmigo y lo que sea será. A lo mejor va de lo más bien, y un día decidimos formar una familia, tener hijos.

-El amor más hermoso es un cálculo equivocado, una excepción que confirma la regla, aquello para lo que siempre habías utilizado la palabra "nunca". Qué tengo yo que ver con tu pasado, yo soy una variable enloquecida de tu vida. Pero no voy a convencerte de ello. El amor no es sabiduría, es locura...

-Y después la pregunta más difícil.
Disculpe, ¿usted me ama o no?
Y la respuesta más simple.
¡No lo sé, pero estoy en ello!

-Pero ¿a qué viene esto? Yo sólo quería leerte cuál es mi idea de relación, del amor. Cuando perteneces a alguien, deja de estar bien, te limita, te arriesgas a perderte a ti misma. Yo quiero un amor libre, grande, un paraíso. Y no es nada fácil dar con alguien que piense igual.

-El matrimonio es como una flor. Uno tiene que ocuparse de él cada día, cuidarlo, cultivarlo, dedicarle amor, alimentarlo...

-¿Estás por fin satisfecho? ¿Tranquilo? ¿No te sientes un poco sucio, no te molesta haber hecho que la siguieran, haber buscado una confirmación? Cuando se ama a alguien ¿no tendríamos simplemente que fiarnos ciegamente? ¿Y si traicionan nuestra confianza, al menos enterarnos de un modo natural?

-Te equivocas, Enrico, yo amo el amor. La belleza del amor. La libertad del amor. Amo la idea de que nada es obligado, que el amor de los demás, su tiempo, su atención, son regalos que se deben merecer y no sólo pretender.

-¿Cómo es la vida? Qué raro cuando no estamos distraídos, cuando no tenemos tanta prisa, cuando sabemos detenernos. Y sonreír. Y compender. Y cerrar los ojos. Y notar incluso los segundos que corren por nosotros. Y saber vivirlos todos a fondo. Y saborearlos con una sonrisa, con preocupación, con esperanza, con deseo, con claridad, con cualquier duda. Pero saborearlos.

-Por la vida que a veces te da la espalda y se desentiende por completo de lo que tú deseas. Y los días pasan lentos y cansinos. Uno detrás de otro, sin el más mínimo asomo de sol en ese pequeño túnel.

-Amor significa no tener que decir nunca lo siento...Tú mismo me hiciste ver la película y ahora te olvidas.

-Y echan a correr arrastrando sólo sus maletas nuevas. Ligeros. Sin miedo. Sin prisas. Sin tiempo. Con la mano perdida en la del otro. Y nada más. Ninguna cita, ninguna preocupación, ningún empeño. Nada. Más ligeros que una nube.

-El ser humano se adapta a todo. Supera el dolor, cierra historias, empieza de nuevo, olvida, hasta consigue sofocar las más grandes pasiones. Pero a veces basta para comprender que esa puerta nunca se cerró con llave.

-Y le da un largo beso. Con pasión, con amor, con ilusión, con esperanza, con diversión, con miedo. Miedo de haberla perdido. Miedo de que a pesar de haber leído su carta no hubiese llegado hasta allí nunca.


martes, 7 de agosto de 2012

La mentira...

La mentira acaba siendo el último de los recursos, por lo menos para mí, y casi quiero ni siquiera contemplarla, porque hace daño, castiga, irrita y acaba con los corazones sensibles, con los buenos. Yo voy de frente, siempre fui así, y así seguiré siendo. No quiero una mentira para mí y no la quiero para nadie, aunque la vida me ha demostrado que es mucha la gente que alaba la sinceridad, la transparencia, la verdad por delante, y después es la primera que no lo aplica. Quizás es cobardía o hipocresía, pero sea lo que sea, yo nunca seguiré ese sendero, por mucho daño que me hagan las mentiras de los demás. Sólo acepto las pequeños y esporádicas mentiras piadosas, siempre que no hagan daño, que no castiguen al alma.

Porque la mentira es un lastre, y como dice el refrán que todos conocemos, al final todo se acaba sabiendo, por ello es mejor hacer daño con una verdad a tiempo que castigar a alguien con una mentira.

Sin más, poco más hay que decir de la mentira, que no es sana, no corresponde a las buenas personas y es el arma aliada de los malos corazones...allá cada uno con lo que hace, pero dicen que siempre, siempre, se acaba conociendo la mentira que intenta tapar a la verdad...

PD: el tema de esta semana del grupo de facebook en el que colaboro, La aventura de escribir, es la mentira, así que el pequeño texto que he escrito lo paso a mi blog, porque me gusta ir sumando todo lo que recopilo en mis manos...

viernes, 3 de agosto de 2012

Esa sensación...

Esa maldita sensación no me abandona, hoy ha vuelto después de unos días, se ha instalado de madrugada en mí y a una cierta hora, como si llevara solapada a mi alma una alarma de reloj, ha hecho que me despertara en mitad de la noche y confirmara mis sospechas. Tú no estabas ahí. Y ya me ha perseguido durante todo el día, como si quisiera ser mi sombra en este día soleado. Creo que intenta darme un mensaje que, o bien no quiero recibir, no quiero entender o me parece ilógico e insensato y por eso no quiero asumir. Pero no puedo luchar más en esta batalla en la que no te tengo a mi lado. Aquí estoy, me he mostrado tal cual, con mis defectos, que son muchos, y mis contadas virtudes, y he hecho cuanto he podido, pero parece poco. Si me acerco, más te alejas, y encima dejas instalada en mi esa horrorosa sensación, que me castiga con un pellizco de estómago que no me deja apenas respirar. En mi mente se acumulan muchas sensaciones, muchos sentimientos, los que han ido creciendo en las últimas semanas, sin que tú me creyeras ni los compartieras y sin que yo pudiera hacer nada por retenerlos. Y si crecían los míos, me da que los tuyos menguaban, aunque jamás me lo has confirmado. Me dejas sola en este camino de incertidumbre, para que sea yo la que discierna si es verdad que nunca te tuve más que en sueños, lejanos e infructuosos, y no soy capaz de hacerlo. Necesito saber de ti, de tu propia voz, de tu propia boca, qué es lo que quieres, qué es lo que piensas, qué es lo que haces y el por qué de cómo te comportas, aunque sé que no seré afortunada y mi deseo no se cumplirá. Y esa sensación seguirá perturbando algunas horas de mis días venideros, muchos más de los que incluso pueda soportar antes de volverme loca, y minarán mi alegría y mi merecido descanso, pero también harán que acumule otra terrible experiencia en mi interior, ¿que me castigará y me hará más daño aún? Creo que sólo tú lo sabes ya, y a mí me tocará esperar a que la ausencia y las horas me respondan...