Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



sábado, 28 de diciembre de 2013

Verte dormir

Acompañarte a tu cama, dejarme caer en la pared y leerte un cuento, verte dormir, es un placer de esos indescriptibles, de los que se sienten y pocas palabras te ayudan a definirlo de la manera en que te apetece, para que todos conozcan su magnitud. Pero si alguien lo ha sentido en algún momento confío en que me entenderá.
Ser testigo de tu ritual antes de dormir me hace ser consciente de que todos lo tenemos. Todos tenemos unas manías y una forma de actuar antes de cerrar los ojos hasta el otro día. A ti no te falta tu manta, ya sea verano o invierno, ya haga una calor infernal o más frío de lo que estamos acostumbrados a soportar por estos lares; tu muñeco, el que te acompaña e intenta ahuyentar los malos pensamientos; y escuchar de fondo tu cuento, el que cada noche quieres oir, sin importar cuantas veces lo hayas descubierto por primera vez y te ayuda a rendirte en los brazos de Morfeo.
Ver cómo te giras en la cama y buscas tu sitio, tu hueco, mientras te haces a intentar dormir es una de esas cosas de las que no me canso.
Seguro que, por mayor que te hagas, siempre será para mí un placer inigualable que me pidas que te acompañe, te arrope y te lea un cuento...

domingo, 22 de diciembre de 2013

Vidas paralelas

Vidas paralelas, que pueden ir una al lado de la otra pero nunca se cortan. Me pregunto si he hecho suficiente para que hubiera un punto común, algo que nos uniera o quizás cualquier esfuerzo era vano, porque nunca has clavado tu mirada en mí, nunca has sentido nada y, aún sabiendo que remueves mis tripas, prefieres mirar hacia otro lado, hacer como que no va contigo. 
Por eso quizás hace ya que no intento provocar una reacción en ti, no porque no lo desee, sino porque no tengo señales que me permitan tener fuerzas para intenterlo. 
Por eso nuestros caminos no se encuentran sino es por una fingida casualidad, esa que antes buscaba a cada minuto. Quizás no le vea sentido, porque nunca he visto ese interés por tu parte. Lo peor es que me siento aturdida, que no sé si es mi mente la que ha querido ver, por un tiempo, lo que no existía, o tenía esperanzas infundadas, y ahora llega el chasco, o es que es tan traicionera que me ha mentido todo este tiempo.


Pero sea como fuera, creo que no hay interés de tu parte, y eso hace que todo sueño acabe en triste realidad, en esa que me hace volver a la cruda realidad en la que la distancia física es corta, estando instalados en una distancia que se hace muy grande entre tú y yo y que supone un abismo, un abismo que parece no tener fin. 
¿Así de cruel es el destino, así de diferentes son nuestras vidas, tan irreconciliables nuestros futuros? Lo único que sé es que he peleado, en el silencio y con las armas que tenía a mi alcance, pero no ha servido de nada. 
Porque nuestras vidas parecen ser paralelas y nunca llegarán a cortarse.
 Pero, ojalá lo hicieran...