Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



jueves, 29 de enero de 2015

Esa mañana...

Esa mañana una sensación recorrió su cuerpo cuando despertó al son de la melodía de su despertador. Esa mañana supo que, ese pensamiento no fue una casualidad. Y aunque quiso no darle vueltas, a lo largo del día fueron muchas las veces que ese pensamiento nubló su mente, apenas dejándola trabajar. Por tanto decidió parar y pensar detenidamente en ello. Lo primero que hizo fue preguntarse por qué él había irrumpido en su despertar, por qué había sido la primera persona en la que había pensado al abrir los ojos. Y no obtuvo una respuesta clara, pues lo que le pedía su cuerpo era negar que eso había ocurrido. Porque no quería problemas y sabía que pensar en él de esa manera no le traería nada bueno. Pero no lo pudo remediar. Fue imposible no pensar en él.

Aquel día -gracias a Dios- no se lo encontró, por tanto fue más fácil darse por desaparecida, pero evidentemente sabía que poco tardía en tener que cruzarse con él. ¿Y entonces qué haría? No sabía, pero algo tenía claro, quería desaparecer unos días, porque era consciente que él notaría en su mirada que algo había cambiado, que algo raro pasaba. 
Pensar en su mirada, esa mirada que le hacía sentirse reconfortada, le asustaba. Pensar en su divertida forma de animarla, le desconcertaba. Pensar en las veces que intentaba cruzarse con él y hacerse la despistada o intentar que la ayudara con algunas de sus tareas, le hacían sentirse algo tonta. Pensar en él en general le asustaba, porque ahora se estaba dando cuenta que algo hacía que se removiera en su interior. 
¿Y cómo había pasado aquello? ¿Cómo había llegado a verlo con otros ojos? No lo sabía, pero esa mañana, ese día, tampoco quería averiguarlo, no se sentía capacitada para pensar y mucho menos, para cruzarse con él, por eso confió en no tener que encontrárselo y mucho menos, tener que hablar con él, porque sabía que la notaría nerviosa y dudosa...
Así que confió en que aquella mañana pasara rápido...muy rápido...

martes, 20 de enero de 2015

Mi rincón de pensar...

Hoy me retiro a mi rincón de pensar...porque hay mucho que sentar en la cabeza, hay mucho que asumir.
¿Hay marcha atrás? Puede que no, aunque nadie te lo aclare. Pero sabes, sientes y presientes, que tus errores al final tienen consecuencias, consecuencias graves, de las que no imaginabas. Pero no eres capaz de dilucidar la solución, no llega a mi la idea que me gustaría. 
Sientes cómo se desgarra algo dentro de ti y no puedes hacer nada, por lo menos no debes. Y así pasas los días, sin hacer nada, pero pensando, consumiéndote y dándole vueltas a la cabeza, aunque te preguntas por qué.
Quizás no hay mayor castigo que perder, perder lo que o a quien aprecias. 
Pero efectivamente cuando no hay marcha atrás, no tiene sentido seguir dándole vueltas ¿no? Pero sigue siendo inevitable. 
Para aprender, hay que perder, ésa parece la moraleja de estas últimas semanas. 
¡Señores, hasta mañana! Me retiro a mi rincón, analizando lo que me pesa en mi interior, lo que me duele, lo que me rasga y me castiga.