Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



jueves, 12 de enero de 2017

Llorar por la mañana

Llorar nada más despertar quizás no es lo más sano, pero cuando las lágrimas llegan a tus ojos por lo que poco que fue y quisiera que fuera, poco hay que hacer. No es controlable. Ojalá.

Que un simple libro, de esos idílicos, que sabes que no tiene nada de cierto y real, te haga pensar en lo que tenías y no tienes, es estúpido, pero así es la vida. 

Que caminar por las mañanas me inunde de pequeños recuerdos de los pocos días que he compartido contigo es una locura, pero si dijera lo contrario, mentiría.

Buscarte de manera desesperada entre la gente cuando sé que no me voy a cruzar contigo es lo más tonto que he hecho nunca. Pero quizás de esas cosas que anhelas. Pero seguro que sentiría el frío de tus ojos al mirarme, y me helaría. Por pedir, quisiera que tu mirada me acunara.



Puede que sea cuestión de empeñarse en que desaparezcas de mi mente, pero se me antoja muy complicado. Y es que, como bien sabes, llegaste en el momento idóneo para hacerme olvidar y hacerte un hueco en mi complicada vida, y dejaste un vacío mayor del que llenaste. Sin que haya sido posible hacer que te quedaras o que volvieras, si me apuras. Porque aún a día de hoy cojo el móvil esperanzada, esperando un mensaje tuyo que sé que no llegará. De repente pasaste de preocuparte por mí a no importarte nada y aunque no tuviera metas ni objetivos contigo, obviamente me creé ciertas expectativas que se esfumaron con tus duras palabras. Las pocas que has tenido hacia mí, pero la incertidumbre es mayor que las posibles explicaciones que nunca llegaron. Has acertado, la indiferencia es lo que más duele, ésa que a mí no me sale contigo. No sé cuánto me rondarán estas ideas y estos tristes sentimientos en la cabeza, pero estoy segura que si pudiera, te borraría de mi mente enseguida, porque tengo que mirar por mí, porque si supiera que hay algo que yo pudiera hacer, lo haría con los ojos cerrados, pero sé que no. En estos momentos echo de menos, por estúpido que suene, a alguien que me dijera que va a hacer lo posible por hablar contigo, como cuando éramos chicos, y todo se solucionaba si alguien mediaba e intentaba entender las razones de uno para alejarse y de transmitir las ganas de estar de la otra...Una tontería de esas que también se piensan...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Muchas gracias por acercarte a mi rincón!