Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



miércoles, 15 de abril de 2015

Desaparecer...

Ésa era la sensación de aquel día, la de querer desaparecer...sin mirar atrás y con las manos vacías, ése era su deseo. Porque quizás el listón estaba tan alto que nunca conseguiría acercarse, y porque siempre, hiciera lo que hiciera, nunca sería suficiente. Nunca. Siempre había algo que estropeaba sus esfuerzos, sí, porque de manera natural nada salía bien, siempre había que esforzarse, día a día. ¿Esforzarse en qué, para qué? Pensó que para no ser ella misma, para no entorpecer a los demás, para no pedir sin derecho, para no hacer daño, para no sentirse culpable, para no tener que pensar cada movimiento, para no tener que estar justificándose cada día...

Así de triste era su situación...Así de triste se sentía. Quizás no merecía ser comprendida, quizás tenía que ser consciente de que, cualquier cosa que hiciera, siempre estaría empañada por cualquier otra. Cualquier mínimo detalle positivo, si lo había, se vería empañado. Porque los errores eran excesivos. Ese era su sino. Quizás se lo había buscado. Claro que sí, seguro.
Compararse con los demás nunca fue buena idea. Ni siquiera cuando lo hacía de manera inconsciente. Intentar formar parte de alguien que no le hacía un hueco es imposible. Entrar sin que le abrieran no tenía sentido. Y querer ser quien no era, tampoco. No podía tender la mano a quien nunca quiso que le ayudara. Nunca debería haber deseado ser de alguien lo que no le permitían.
Tampoco tenía sentido intentar explicarse con quien no quería escucharla. Nunca. Y quien cierra la puerta de un portazo...
E intentar ir contracorriente, nunca fue buena idea. Por eso quizás aquel día se dio por vencida o eso quiso pensar, porque en parte le reportaba, o creía, algo de paz...
Por eso deseó desaparecer. Aunque sabía que no era posible. No en estos momentos. Ni cerrar los ojos e intentarlo con fuerza servía. Ya lo había intentado y no había funcionado. Pero conseguir meterse debajo de las sábanas y olvidarse del mundo por un instante sí, eso sí lo deseaba...olvidarse del mundo y ser olvidada...
Sin más, aquel día volvió a cerrar su diario y dejó plasmado lo que pensaba...