Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



jueves, 21 de abril de 2016

Una nueva mirada

Soy adicta a escribir sobre las miradas, y es que, a pesar de que no sé interpretarlas de manera adecuada o no sepa lo que significan, creo que dicen mucho
Me he cruzado con una nueva mirada, de las que te hacen creer, de las que te hacen soñar despierta.
Una mirada que terminará en nada, pero que te hace sentir, sentirte viva


Me encantaría ser de esas personas que dicen que, mirando a los ojos a alguien, ya saben lo que piensa, cómo siente, si te dice o no la verdad...Yo eso no sé interpretarlo, pero me quedo con la percepción que da intercambiar una mirada con alguien, aunque solo sea eso, un juego de miradas...
Y entonces llega esa sensación agradable, que te hace sentirte como una quinceañera y que te hace esperar el momento de volver a cruzarte con esa persona...
Una simple mirada te da fuerza, te da ganas, te da hasta por reír cuando terminas de cruzarte con esa persona...Una simple mirada te da alegría, te revoluciona e incluso te hace sentir la tentación de bajar la cabeza por vergüenza, pero hay algo en tu interior que te hace no sucumbir...
Una simple mirada, una nueva mirada...

miércoles, 20 de abril de 2016

Porque yo lo valgo...

 Sí, porque yo lo valgo. Porque ya me cansé de esperar a que nadie me vea guapa, maravillosa, estupenda y encima me valore por lo que soy...
Así que hoy me toca a mí decirme lo que valgo. Valgo mucho, mucho...Hoy empiezo a mirarme con distinto talante delante del espejo, me siento viva, me gusto, me saco partido y encima veo solo lo bueno y positivo. Lo malo y negativo lo guardo en un cajón, porque puedo, porque yo lo valgo.
Porque está bien de esperar que un hombre pase por al lado y se quede mirando el modelito de infarto que me he puesto. Pues no, me calzo mis zapatillas de deportes, mi camiseta de rayas marineras y mi vaquero y me  voy a la calle, feliz, sonriente y sin esperar que nadie se gire a mirarme. Porque yo, mientras elegía mi modelito de hoy, me he sentido estupenda, no hace falta que venga nadie de fuera y me lo diga. 
Pero aún así y de lo más normalita, han sido algunas las miradas que se han posado en mí, por lo que sea. He notado esa mirada de deseo. Aún así. Pero no me importa, porque ese tipo de situaciones me confunden, me enrarecen y me nublan. No sirvo para que ningún tío me mire como objeto del deseo, como un trozo de carne...No, pero de vez en cuando gusta sentirse observada, aunque sea por unos minutos...
Hoy me he levantado con esa modestia que muchos a mi alrededor, y que me quieren bien, querrían que tuviera los 365 días del año.  Esos que valoran muchas cualidades que existen en mí, por dentro y por fuera, y que yo nunca veo, porque solo saco punta a mi lado más negativo, a mi carácter, a mi nivel de exigencia, a mi falta de autoestima. Sé que será difícil mantenerla, pero la modestia de hoy no me la quita nadie. Como dicen por ahí, "que me quiten lo bailao".
Pero hoy yo me digo guapa, yo me digo lo que valgo.Y es que, lo primero es yo sepa valorarme y sacarme partido, por mí, porque así lo quiero, para que después venga alguien que sepa ver exactamente lo que quiero proyectar y no todo lo contrario, como me pasa siempre. 

Porque en muchas ocasiones la tristeza me ha consumido. Porque ha dolido y duele que alguien concreto no te valore, que te dé de lado por otra o por circunstancias, que al final no seas más que alguien con quien pasar un rato concreto, para mañana no ser nada. Por eso, como me cuesta depender de que nadie me valore, seré yo quien lo haga. Y quien se quiera sumar, encantada. Pero sino, que no me jodan la vida, que no me amarguen la sonrisa de la mañana o el último bostezo de la noche. Que no se conviertan en un recuerdo, en un flash o en una imagen concreta a lo largo del día. Porque me hace sentir triste, no valorada...
Así que hoy me quiero yo, y que me quieran los demás, y mucho y bien, si quieren...Aquí espero a todos esos que quieren demostrarme que merezco la pena, con los brazos abiertos...

Pd: este post me produce una gran sonrisa, porque me imagino a cierta gente leyendo el título y pensando que me ha entrado, de repente, un subidón de autoestima con el que no me identifican, jejeje.

lunes, 18 de abril de 2016

Mira que no soy de besos...

Mira que no soy de dar besos pero a ti te comería a besos, contigo haría esa excepción, esa dulce excepción...
Porque cada centímetro de tu cuerpo es ese elixir que me encantaría recorrer...
Porque cada uno de tus lunares serán una guía para mí...
Porque cada trocito de ti es un dulce manjar...
Besos no solo a lo que veo de ti, sino a lo que no se ve...A lo que está escondido. Porque tus cicatrices y tus heridas son el tesoro que voy a intentar descubrir, poco a poco, para ir sanando con dulces caricias de mis labios, que acudirán con mimo a por ellos...

Mira que te pillaría ahora mismo ante mí y no pararía de acudir a ti...
Porque eres ese bendito capricho que quiero perseguir, voy a revolucionar tus sentidos con cada uno de mis besos y cuando acabe no querrás volver atrás, no querrás que me despegue de ti...
Porque puedo sorprenderte, porque mis labios están deseando demostrar todo lo que soy capaz de hacer por ti, solo necesito que te dejes llevar y me dejes actuar...
Porque esas dulces mordidas te van a saber a gloria...voy a explorar todo lo que encuentre a mi paso...
Porque mira que parece que no soy de besos, pero en la intimidad de tu cuerpo con el mío podría demostrarque si es o no cierto...

sábado, 16 de abril de 2016

Aquellas palabras...

Aquellas palabras le llegaron hondo, pero no porque supusieran aquello que quería escuchar. Todo lo contrario, fueron un golpe, no sabe si alto o bajo, pero eso sí, un golpe que dolió. Dolió, aunque suponía que aquello ocurriría.
Pero en aquel momento no lo supo. Intentó hacerse la fuerte, mostró su lado más duro, se puso de nuevo su armadura e intento seguir. Seguir adelante. Como pudo...

Pero el dolor buscó un resquicio para salir a flote y lo encontró. Cuando menos lo esperaba, volvieron. Y entonces fue consciente de que aquellas palabras no habían pasado inadvertidas, se quedaron grabadas, aunque hubiera intentado ahuyentarlas.
Pero una vez más se calló y no le dijo a nadie que la herida dolía y escocía, porque ni ella sabía por qué. Y es que, esas palabras demostraban la cruda realidad y por tanto no podían pasar desapercibidas, aunque lo hubiera intentado. Por mucho que hubiera querido, por mucho que lo hubiera intentado, no podían haber pasado como si nada. Se quedaron para dañar y desgarrar por dentro su ser, aunque quiso que no...

jueves, 7 de abril de 2016

A pesar de todo...

A pesar de todo lo que había sufrido, seguía ofreciéndole su sonrisa y su dulce voz y eso la animaba a seguir a su lado, porque solo mantener una conversación con él cualquier momento del día la reconfortaba más de lo que esperaba y deseaba.
A pesar de todo lo que había vivido, que no era poco, quiso continuar contándoselo y ella escuchó paciente, casi sin pestañear, porque le interesaba demasiado conocer todo aquello que le había herido y así poder coger aire, recomponer su cabeza para contestar en cada momento, lo que creía que le reconfortaría o lo que necesitaba escuchar.
(Internet)

A pesar de todo lo que había provocado su desconfianza, quiso confiarle sus mayores temores, sus experiencias y sus heridas. Las mismas que ella quiso sanar poco a poco, con mimo y paciencia, porque entendía que no había otra fórmula. Porque no conocía otra forma de hacerlo.
A pesar de todo, tenía mucho que ofrecer, por eso se mostró totalmente receptiva. Tenía espacio suficiente para guardar todo lo que él le daba día a día, porque cada pequeño detalle era un regalo para ello.
A pesar de toda la desconfianza que le habían generado, quiso confiar y que lo hiciera precisamente ella fue el mejor de los regalos.
A pesar de todo, llenaba sus días con ella; le confió su felicidad y le hizo partícipe de todo lo que ocurría con él o con su vida, con su día a día.
A pesar de todo, sin decírselo y sin que hiciera falta, la atrajo hacia él y le hizo un hueco en su vida. Y ella, que lo supo poco a poco, desgranando cada uno de los mensajes cifrados que él le dejaba por el camino, supo apreciarlo y valorarlo.
A pesar de todo, no quiso hacerle daño, es más, con solo rozar su cálida piel, ella lo supo. Lo supo todo en aquel instante, por eso con solo pasar su mano por su hombro al darle un simple beso en la mejilla supo que siempre podría confiar en él.
A pesar de todo, lo supo...

martes, 5 de abril de 2016

Aquel corazón ajado...

Aquel corazón ajado y maltrecho deambuló como loco, sin rumbo, hasta que cayó la noche y no tuvo más remedio que buscar un lugar en el que guarecerse. No estaba en condiciones de elegir, así que se refugió en el primer lugar que encontró, en aquel sitio en el que amablemente le abrieron las puertas. Sin premisas. Sin ganas ni fuerzas, se abandonó a su suerte, y fue quien le acogió quien se preocupó de que no le faltara nada...

Porque aquel dañado corazón no hizo el menor esfuerzo por recomponerse. Por lo menos al principio. Pero allí estaba su ángel de la guarda para dispensarle mimos y cuidados, para no dejarle desfallecer, curar las heridas e intentar enmendar tanto destrozo como sufría. Sin pedir nada a cambio y no recibiendo precisamente la mejor cara de aquel corazón. Porque aquellos malos días del corazón dolido los pagaba él; porque cuando la ira se hacía patente, no había quien frenara las consecuencias; porque cuando los recuerdos dolían, tenía la sensación de que se sentía morir. 
Pero inevitablemente el paso del tiempo hizo que aquel dolorido corazón fuera olvidando todo lo que había sufrido y, con voluntad, intentara rearmarse. Porque quiso, no porque nadie le obligara. Porque quien cobijo le diera un día tuvo claro desde el primer momento que cuando las heridas sanaran, lo perdería de vista. Sin más. Sin explicaciones, porque su cobijo había sido pasajero, el lugar en el que curar las heridas pero, en definitiva, un sitio de paso. 
Y no pretendía hacerle reproches, ni mucho menos, llegado el momento. Supo, desde el primer momento, que aquel corazón roto y deserozado había llegado por casualidad, no porque hubiera querido y por casualidad se marcharía un día, buscando de nuevo a quien le había infligido tanto dolor. 
Y aunque no pensaba mostrar el dolor que aquella situación le causaba, queriendo continuar dándolo todo por aquel corazón maltrecho, no pudo impedir que su rostro reflejara preocupación, tristeza y su fortaleza, alguna grieta. 
Porque aquel corazón estaba sanando. Y el día se acercaba. Pero aquel corazón que tanto había vivido al lado de su benefactor tenía claro que no volvería al lugar donde tanto daño le habían hecho. 
Que si no habían sabido valorarlo, amarlo y apreciarlo, si ese alguien no había sido capaz de eliminar barreras, si no había sabido o querido dar tanto como había recibido, no merecía la oportunidad de reabrir heridas. 
Aquel corazón, que había aprendido a sonreír de nuevo, a confiar en quien le rodeaba, había sido capaz de contar parte de lo que había sufrido y había superado los momentos críticos, también había acabado apreciando todo lo que aquel que un día lo había acogido había hecho, sin esperar nada a cambio.
Porque sabía, desde el primer momento, que se había concienciado de su partida. 
Pero ni quería ni podía apartarse de él. Aquel ajado corazón no quería sufrir más y sabía que estaba en el lugar idóneo y con la persona adecuada.
Por ello, y sin decir nada, salió de él un gesto que hizo que aquella persona que tan generosa había sido comprendiera que nunca se iría, no porque no quisiera sufrir más, sino porque había aprendido a valorar el lugar en el que lo habían querido sin condiciones, donde lo habían cuidado y cuirado las heridas, donde no le habían pedido explicaciones, confiando ciegamente en él. 
El lugar en el que quería estar por los restos. Eso era algo que tenía claro.
 

sábado, 2 de abril de 2016

Una tarde de chicas

A veces sentarse delante de un café con algunas amigas es el mejor plan para una tarde de viernes o de lunes o de jueves...
Y es que no solo te pones al día, sino que esa tarde se convierte en el momento perfecto para ponerse metas. Así es.
Porque pasamos de contarnos el día a día, a preguntarnos por la familia a imaginar situaciones futuribles y que nos gustaría que se hicieran realidad. Por estúpidas que parezcan. Por rocambolescas que suenen. O por lejanas que nos puedan parecer.

A veces es muy bueno coger un papel, aunque éste sea imaginario, y apuntar cosas que nos gustaría hacer y lo bueno y lo bonito es poder plantearlo sin tener la sensación de ser una loca. 
Y lo mejor es que encuentras alguien no solo con quién compartir ese deseo o sueño, sino alguien que te anima y te apoya, que comparte eso que te parece una locura  está dispuesto, incluso, a echarle un cable si fuera necesario.
Y lo divertido de una tarde de chicas es que los temas surgen casi a borbotones, porque hay mucho que contar, decir, expresar, preguntar...Por supuesto, más de estas quiero en mi vida, en mi día a día...

viernes, 1 de abril de 2016

De nada a todo, de todo a nada

Por difícil que parezca, por mucho que cueste creerlo, pasaste a ser nadie a ser una parte importante de mi día a día.
De todo a nada, de cero a cien.
Sí, porque así soy yo. No es por ti, es por mí. Hace falta poco para ganarme, para que me olvide de mis tropiezos, de mis miedos y el dolor que me hayan podido causar. Hace falta poco para que no quiera irme del lado de una persona, sobre todo cuando creo descubrir que merece la pena. Aunque solo sea un espejismo.
Y entonces, cuando crees que merece la pena, tienes el doble de ganas de sonreír, la alegría te buye de cualquier poro de la piel, todo problema se vuelve nimio, porque esa felicidad que te imprime alguien actúa de impermeable. Y simplemente es genial.
Pero igual de rápido y con la misma intensidad me doy cuenta que una persona puede pasar de ser parte importante a nada; pero con el agravante de ser consciente que ahora me duele algo más pasar de todo a nada de cien a cero, porque hay una base construída que no puedo olvidar, que no quiero dejar pasar. Aunque deba ser consciente de que es mentira, de que no existía, es ficticia.
Aunque las circunstancias manden, aunque poco o nada tenga que hacer. Aunque la pregunta sea qué puedo hacer yo, cuándo sé que no está en mi mano. Ya pueda bajar la luna, ya pueda llevarle el sol...
De nada a todo, de todo a nada...