Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



domingo, 31 de julio de 2011

Vacaciones...

Las vacaciones es lo que tienen, que traen buenos momentos, un rato al sol, disfrutar de un baño en el agua salada, mojarte por el chapoteo de los niños en la playa...hundir los pies en la arena mientras sientes cómo quema, ver pasar a la gente con sus historias entre manos, pensar en las tuyas, charlar de lo importante que ha pasado o de lo más cotidiano, escuchar conversaciones ajenas cuando se hace el silencio, leer un buen libro, coger color, echarte crema, pulverizar el líquido del pelo sobre tu melena, ver llegar a la gente, reirte cuando sube la marea y el que no se ha dado cuenta tiene que correr para salvar sus pertenencias...un coca cola fresquito en cualquier terraza, un yogur en la orilla del mar, una salida tranquila con los amigos...disfrutar de un concierto, una obra de teatro...
Las vacaciones tienen su lado bueno, y es que disfrutas como nunca de tu tiempo, de tus días ociosos, de poder decidir en cada momento lo que hacer, con quién compartir esas valiosas horas en que todo se para a tu alrededor porque no hay nada mejor que hacer...
Por eso pongo aquí el cierre al blog por unos días. Aunque ya disfruté a principios de este mes de julio que se marcha de quince días de vacaciones, ahora retomo mis días de asueto, otros cuantos en agosto tampoco vienen mal. Me vendrá bien desconectar, despejarme del ambiente de trabajo, de todo lo que al final te supone la irritación diaria del deber, y sobre todo, de ciertos episodios que no merece la pena recordar de este mes de julio pero que han minado mi ánimo. Por eso confío en poder empezar agosto con mejor pie, con más fuerza y ánimo, disfrutar sin preocupaciones y sin ningún incidente que marque el calendario para siempre...Así que a la vuelta, que vendré con las pilas recargadas, supongo que plasmaré algo en el blog, si nada me obliga a interrumpir las vacaciones antes...Mientras os digo, ¡hasta la vuelta!

viernes, 22 de julio de 2011

Entre volantes te dejé

Parece que fuera ayer cuando estabas entre volantes, acompañada por mi madre, para hacer todos los trajes de gitana que este año otra vez te aventuraste a hacernos. Cierto es como me dijo una amiga que tengo tesoros en mis manos, porque son el recuerdo más cercano que me queda de ti. Hasta a mí se me hace raro entrar en tu casa y no oir tu voz, algo así como "qué pasa chochete". Me veo aún yendo a probarme el traje, el lila que este año no me entraba por los ojos por bonito que todo el mundo dijera que era, pero que después no paro de mirar en las fotos de esta Feria porque me encanta. Me veo encogiéndome para que no me pincharas con los alfileres, una prueba más, y pidiéndote que el escote me lo pusieras más bajo, más bajo, que después decías que nos encantaba llevar la pechuga al aire. Era tu frase.
Y aún no creo que el martes te viera por última vez, porque me negué a tener que verte dormidita pero entubada, luchando por la vida, como lo has hecho siempre, porque hay muy pocos ejemplos de lucha constante, de salir adelante porque sí, por cabezonería, porque la vida no puede dejarte ir, pero no lo conseguiste, y eso es lo que más nos duele a los que ya no te tenemos. No pudiste ganar esta batalla, maldita las armas y herramientas que te faltaron para poder luchar contra viento y marea sin que nada pudiera contigo. Maldita la hora en que el destino caprichoso quiso que se sucedieran un sinfín de desafortunados indicentes que hicieran que el desenlace nunca fuera el que imaginábamos. Pero menos mal que tengo un recuerdo cercano, el del mismo martes por la mañana.
¿Dónde está la justicia? ¿dónde queda la lógica en estos casos? ¿de dónde se sacan las fuerzas para hacer que las que se quedan solas puedan continuar sin mirar atrás y lamentarse? ¿cómo se lucha contra esto? ¿cómo te conciencias de que vamos a pisar tu casa y no vas a estar ahí?
Maldito el día que estaba escrito, el caprichoso 21 de julio de 2011. Y sólo te fuiste un año y meses después que abuelo y dos años después que abuela, pero tú no eras de las que se rendía, habías asumido que es ley de vida, por tanto ese recuerdo no te arrebató la vida, pero aún quizás nos preguntamos por qué, por qué, por qué no pudiste aguantar, luchar más, hacer que esto no estuviera ocurriendo.
Maldito capricho el que siempre quiere imponerse a toda lógica. No quiero creerlo, y como yo entiendo que los mucho más cercanos a ti, y supongo que será poco a poco cuando esto vaya pareciendo una realidad, aún a riesgo de ser una pesadilla, y no un mal sueño.
Guardaré mis tesoros en el cajón de mi baúl de los recuerdos, y me preguntaré seguro, por mucho tiempo, por qué no te voy a ver el año que viene animándome a buscar una telita para hacerme un traje de gitana nuevo. Ya no podré lucir esos modelitos que, con muchas peleas, al final sacábamos adelante, ni como te gustaba a ti ni como me gustaba a mi, pero siempre llegábamos a un acuerdo y al final siempre causaban sensación allá por donde fueran, eso sí. Pero sí tendré la suerte de tener esos trajes, de los que no me pienso deshacer, porque son mi fortuna...y entre volantes te dejé y entre volantes me acordaré de ti, estés donde estés...

sábado, 16 de julio de 2011

Tiempo

El tiempo es uno de los mejores consejeros, pero claro, hay que esperar a que llegue el momento, porque no siempre es difícil dar con el minuto exacto en que llega lo que esperas. El tiempo es el más sabio, el que todo lo cura, el que cambia el curso de las cosas para bien o para mal, pero tienes que esperar a que así esté escrito, a que de repente estés en el momento idóneo para que eso pase. Para que te permita cambiar el destino, el pasado o el presente, para que cierre tu herida y reabra una nueva, para que calme tu sed de respustas, para que ahonde en lo que te duele y saque de una vez por todas todo lo que reprimes, para que haga desnudarte sin más ante la persona que amas y te deje sin aliento...
Pero nunca decides tú, siempre es el caprichoso tiempo el que decide. Pone rumbo a un mañana mejor, pone dirección al camino exacto, pero siempre hay que saber ir con cierta prudencia y sobre todo, paciencia, paciencia que no destaca entre mis virtudes, porque nunca fui de las que sabe esperar, pero cuando va pasando un día, y otro y otro, te das cuenta, cuando echas la vista atrás, que ya ha pasado una semana, dos, un mes o más de un mes de aquello que te oprimía el pecho, de lo que no te dejaba respirar, de lo que te hacía vulnerable, débil e incluso sentirte el ser más insignificante que hay.
Pero tiene que pasar el tiempo, tienes que dejarlo actuar, tienes que dejar que todo sane, porque una herida sin sanar te puede hacer el doble de daño, y por adelantarte a los acontecimientos sólo puedes hacer derivar en malo lo que podría ser bueno...
Por tanto, hay que esperar...el tiempo es sabio y sanará cualquier herida, pero en su justo y debido momento...porque no hay fórmulas para poder adelantarse a ello...no la hay por mucho que así lo quisiéramos...

jueves, 7 de julio de 2011

Pensar en mi...

Después de muchas conversaciones y mucho pensar, si es que las vacaciones sirven para todo por lo que se ve, creo que me debo replantear mis principios, porque es imposible, en los tiempos que corren, pensar en terceros o en otras personas cuando te ves en ciertas circunstancias, es mejor actuar como te pide el cuerpo en el momento y así, a posteriori, no arrepentirte de no haber hecho aquello que te apetecía, que necesitabas para ser feliz. Ya está bien ser la buena cuando al final te llevas los palos hasta de donde menos te los esperas, por eso es mejor dejarse llevar, sentir, emocionarte, vibrar con la persona que te hace feliz y en general vivir, porque la vida pasa tan deprisa que ni nos damos cuenta, y llega un momento en que al final eres la única que pierdes, porque todos a tu alrededor, incluso los que han estado implicados en esas situaciones de las que hablas, vuelven a sus rutinas sin pensar siquiera como tú lo haces, por lo tanto, mejor ganarte a pulso, pero habiendo disfrutado, lo que dirán de ti, que no merecerlo, por pensar en todos, y finalmente obtener el mismo resultado.
Ya estoy cansada de ser la buena cuando conmigo nadie es bueno, y no es un ojo por ojo, sino un momento de reflexión, y en el que caigo que no merece ser como quieres que sean contigo, porque nadie lo cumple, y porque quizás he perdido vivencias y experiencias por eso mismo y me da rabia pensar en el qué hubiera ocurrido si...la eterna pregunta que surge con la reflexión, y por muchos folios en blanco que llene con esas reflexiones, ya es tarde, por eso la próxima oportunidad que tenga ante mis narices de ser como quiero ser, lo haré, me portaré como me pida el cuerpo, el corazón, la mente y lo más hondo de mi ser, porque mientras soy yo la única que pierde y la que se queda con la duda, y estoy rabiosa porque me cabrea vivir con tantas dudas, si me llevo un tortazo, con o sin mano, que sea por ser descarada, atrevida, por hacer lo que me apetece y no por ser una mojigata que aún piensa en un mundo ideal donde no existen las puñaladas...porque las hay, y como las hay, se acabó la diplomacia, se acabó el ser buena, se acabó el pensar en los demás, ahora voy a pensar en mi, y sólo en mi....y no es egoismo, sino hacer lo que nadie hará por mi, eso mismo, mirar por mis intereses, mis deseos,...por cumplir lo que quiero en definitiva...

viernes, 1 de julio de 2011

No es ser tonta...

Que te guste alguien no es ser tonta...Ésa es una frase que escuché ayer en un programa de televisión y me hizo pensar que quizás no eres tonta cuando te guste alguien, ni sentir aquello que todos piensan que debería ser lo contrario. Meditar te sirve para intentar mitigar el dolor de algo pasado, y hay veces que te ayuda y otras que te hace ver todos los prismas de esa historia, por corta que haya sido. Y aunque hay veces que sigues pensando que te faltan piezas del rompecabezas, hay otras que quieres que todo hubiera sido distinto y que incluso si hubiera una oportunidad de volver y poder cambiar algo, lo harías, porque rememorar lo vivido, releer aquellos mensajes que ya te parecen viejos y reirte con momentos incluso divertidos y vividos, no sabes ya si te agranda la herida o la cierra, o quizás la hace mayor o menor en ciertos momentos.
Merece la pena, e incluso me ayuda mucho, tener a alguien delante que en parte entienda por lo que paso y me escuche, quizás porque para mí es tan difícil a veces pasar esto sola...
Y te pregunto y me pregunto ¿es triste albergar esperanzas? ¿es lo correcto pensar que podría haber otro final? ¿que si no me hubiera dado por vencida, que si hubiera hecho las cosas de manera distinta, o si hubiese actuado de otra forma en momentos puntuales, todo ahora sería de otro modo?...
Son muchas las piezas que faltan, mi rompecabezas se quedó incompleto, y mira que tenía ganas de darle forma...