Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



miércoles, 29 de octubre de 2014

¿Cuántas veces se tropieza con la misma piedra?

Yo me pregunto todos los días cuántas veces se tropieza con la misma piedra, y yo soy un claro ejemplo de la respuesta: infinitas veces. Y todos los días me pregunto por qué no aprendo a no tropezar, a sortear la piedra, a no meterme en los charcos sin saber la profundidad de los mismos...Porque al final siempre hay una única perjudicada, yo. 

Pero también me pregunto si será bueno caer siempre en ese mismo error, por si algún día aprendo a mantenerme en equilibrio y no caer de boca. Pero al segundo siguiente sé que no seré capaz, que me pasaré la vida cayendo, levantándome y poniendo tiritas en la herida, por tanto voy avisando a las farmacias que conmigo las tiritas no desaparecerán, porque serán muchas las grietas que intentar tapar. 
¿Motivo? Aún no sé si hay uno o un millón. Que dudo, que no estoy segura, que quizás pretendo ganarme a la gente de la manera menos idónea, que no sé llegar a ciertas personas, que temo quedarme sin ellas...Y al final la tristeza me invade, ¿por qué? porque en definitiva poco valgo si no es cometiendo esos errores que no me llevan a nada bueno...
Bienvenidos a mi eterno "El día de la marmota", porque nunca aprenderé a valerme por sí misma y mucho menos, a no tropezar, y menos aún a tener algún valor por lo que soy, no por lo que podría ser...

domingo, 19 de octubre de 2014

Y ahí estabas tú

Parecía un día más. De hecho, la mañana se hizo tediosa y larga, muy larga. De esos días en que ves el sol entrar por la ventana y quisieras estar fuera, sin nada que hacer, para disfrutar de lo agradable de la temperatura, a pesar de ser el mes de octubre. 
 
Pero para alegrar la tarde ya estabas tú. Ahí estabas tú. Esa llamada reconfortante que me hizo desplomarme, liberar la tensión acumulada y respirar. Porque necesitaba respirar, que alguien quizás me diera su aliento, no en cambio un sermón. Ya hay muchos de esos días. Necesitaba sentirte cerca, aunque no lo estuvieras. Que me dijeras aquello que sabías que necesitaba escuchar. Y que si hubieras podido, me hubieras dado una palmada en el hombro para que te sintiera cerca. 
A pesar de que parezca una persona fuerte, soy todo lo contrario. Y tú lo sabes. Y en cambio no me reprochas que debo ser fuerte. Cuando necesito hundirme, ahí estás, para caer conmigo y darme tu mano para recogerme y devolverme. 
Ya sabes cuál es la coraza, aunque no sepas de dónde viene. Porque te da igual. No te hace falta saber nada de entonces, o de hace mucho, para respetar que tenga mis razones para cubrirme con una armadura. 
Por eso quizás eres especial...

lunes, 13 de octubre de 2014

¿Y antes qué?

Aquel día me planteé qué había habido antes de que aparecieras en mi vida, y no pude recordar nada, porque a mi mente solo venían recuerdos de todo lo que había pasado a tu lado. Y paso.
Y mi sonrisa copó toda mi cara, viniste a mi mente como un recuerdo feliz que me hizo olvidarme de intentar hacer memoria de qué había antes de tu llegada.
Y entonces entendía que debía preguntar menos, aunque fuera al aire y disfrutarte más :)

jueves, 9 de octubre de 2014

En silencio

Quizás suene masoquista o parezco algo maleducada, pero confío que, quien me conozca, no me malinterprete. Hay veces que te apetece pasar tu disgusto a solas, en silencio, contigo misma. Lo que te llena ese día, en ese momento, es contar con un aliado que no tenga posibilidad de rebartirte. Por eso esos días es preferible hablar a tu diario, y de ahí el sentido de este rinconcito, antes que confrontar con nadie que puede molestarse con tu actitud.
Porque hay días que no te agrada que nadie intente convencerte de lo contrario de lo que piensas, porque entiendes que estás en lo cierto, porque la reiteración de ese algo un día y otro al final lo convierte en realidad...
Porque hay días que deseas que nadie te dé consejos para sacarte de esa incertidumbre, de la duda, la pena o el castigo al que te sometes...
Porque hay días que las verdades a medias o las mentiras no caben en tus planes...
Porque hay días que no contemplas que alguien quiera sacarte de eso que tú llamas tu verdad...porque no siempre tienes que estar equivocada...
Porque hay días que no hay quien te convenza de lo contrario. Y es que, ¿por qué lo que yo pienso siempre es lo equivocado y lo que me vayas a decir lo acertado?

Porque hay días en que todo está perdido...
Porque hay días que solo con hacer cábalas sacas el sentido a ciertos gestos, realidades...
Porque hay días que el silencio de alguien te dice más que mil razones...
Porque hay días que la alegría de alguien te devuelve a la realidad...
Porque hay días que pequeños detalles te devuelven a la cruda realidad...
Porque hay días que, con solo mirarte a los ojos, alguien sepa lo que te ocurre...
Porque hay días que las lágrimas recorren tus mejillas, se escapan sin que puedas controlarlas...
Porque hay días que no estás dispuesta a creer en todo eso...¿por qué?
Porque sencillamente hay días que no quieres que nadie te contamine. Quieres pensar por ti misma, aunque estés equivocada, porque aún nadie te ha dado una razón tan contundente que te haga salir de lo que nubla tu pensamiento...