Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



sábado, 16 de abril de 2016

Aquellas palabras...

Aquellas palabras le llegaron hondo, pero no porque supusieran aquello que quería escuchar. Todo lo contrario, fueron un golpe, no sabe si alto o bajo, pero eso sí, un golpe que dolió. Dolió, aunque suponía que aquello ocurriría.
Pero en aquel momento no lo supo. Intentó hacerse la fuerte, mostró su lado más duro, se puso de nuevo su armadura e intento seguir. Seguir adelante. Como pudo...

Pero el dolor buscó un resquicio para salir a flote y lo encontró. Cuando menos lo esperaba, volvieron. Y entonces fue consciente de que aquellas palabras no habían pasado inadvertidas, se quedaron grabadas, aunque hubiera intentado ahuyentarlas.
Pero una vez más se calló y no le dijo a nadie que la herida dolía y escocía, porque ni ella sabía por qué. Y es que, esas palabras demostraban la cruda realidad y por tanto no podían pasar desapercibidas, aunque lo hubiera intentado. Por mucho que hubiera querido, por mucho que lo hubiera intentado, no podían haber pasado como si nada. Se quedaron para dañar y desgarrar por dentro su ser, aunque quiso que no...

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