A veces sentarse delante de un café con algunas amigas es el mejor plan para una tarde de viernes o de lunes o de jueves...
Y es que no solo te pones al día, sino que esa tarde se convierte en el momento perfecto para ponerse metas. Así es.
Porque pasamos de contarnos el día a día, a preguntarnos por la familia a imaginar situaciones futuribles y que nos gustaría que se hicieran realidad. Por estúpidas que parezcan. Por rocambolescas que suenen. O por lejanas que nos puedan parecer.
A veces es muy bueno coger un papel, aunque éste sea imaginario, y apuntar cosas que nos gustaría hacer y lo bueno y lo bonito es poder plantearlo sin tener la sensación de ser una loca.
Y lo mejor es que encuentras alguien no solo con quién compartir ese deseo o sueño, sino alguien que te anima y te apoya, que comparte eso que te parece una locura está dispuesto, incluso, a echarle un cable si fuera necesario.
Y lo divertido de una tarde de chicas es que los temas surgen casi a borbotones, porque hay mucho que contar, decir, expresar, preguntar...Por supuesto, más de estas quiero en mi vida, en mi día a día...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por acercarte a mi rincón!