Este año es de esos en que no me debato entre hacer o no un balance del año al que despedimos. Será apatía, ganas de que acabe, o no...Lo que sé es que se ha pasado rapidísimo, que los meses han volado sin apenas darme cuenta y ¡pum! estamos a 31 de diciembre casi sin quererlo.
Ha sido un año distinto. Aunque empezara como el anterior, en paro, y agobiándome porque le veía las orejas al lobo, es decir, que terminara mi tiempo de ayuda sin encontrar trabajo, al final la suerte, o la alineación de planetas, quisieron que alguien a quien aprecio y quiero se acordara de mí y me diera una oportunidad. Sé que me he entregado y me entrego cada día como si fuera el último, exprimiéndome todo lo que puedo, a pesar de que siempre pudiera dar más de lo que doy. O que podría pensar otras tantas ideas que poner en marcha y no...En fín...lo dejaré como propósito para 2015, a ver si es posible. Cierto que envidio a gente que hay a mi alrededor con capacidad de reacción mayor a la mía, así que intentaré aprender de ellos...
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2014 también ha hecho que haya conocido a gente a la que sumo en mi lista de amigos y conocidos. Sí, tengo la suerte de haberme topado con gente a la que aprecio desde el minuto uno en que las conocí y confío en que siga siendo así. A pesar de los pesares, de los enfrentamientos, la disparidad de ideas, las peleas o los encontronazos, espero que sigan ahí, porque me anima, me empujan a seguir, a ponerle color a la vida, a ver las cosas desde un prisma diferente, etc. Y eso es importante, porque enriquecen mi vida, mi día a día y hacen que los meses vuelen rápidamente. Hacen que una semana cuesta arriba lo sea menos; que una mañana aburrida pueda tornar en divertida y un día nublado, en soleado.
Otros también se quedaron por el camino. Creo haber intentado que no bajaran del barco, pero lo hicieron. Y en algunos casos queda la sensación extraña de que no estén, pero, hay veces que no depende de la que escribe al 100%. En otros casos ni siquiera me lo planteo, agradezco que desaparecieran. Quizás las circunstancias hacen que la gente se desenmascare sola y quien no pretende tu felicidad y prefiere anteponer la envidia o las malas artes, adelante, tiene las puertas abiertas. Tampoco hay que dedicarles mucho más. De una u otra forma también te hacen crecer...
Y también me queda ese reconocimiento a los de siempre. A los que están, a los que no se han ido ni se irán a ninguna parte, a los que siguen queriendo estar a pesar de los pesares. A los que aguantan mi mal humor, mis silencios, mis gritos, mis días tristes o los alegres. A los que no cejan en el intento de verme sonreír o mejorar. A los que me hacen crecer e intentan que me levante si caigo...A los amigos que siempre están ahí a pesar de que dé pocas señales de vida; a mi familia, porque sin ella no sería lo que soy y no seguiría creciendo y aprendiendo y a mis enanos, que son el principal motor de cualquiera de nosotros...
A 2015 solo le pediría quedarme como estoy. No pido más, ni menos. No pido que me dé, pero que tampoco me quite y si algo puede ir a mejor, pues es de agradecer. Pero con trabajo y salud y seguir estando rodeada de todos esos que hacen que los días pasen volando...me conformo...
PD: por supuesto, agradecer el regalo bien bonito de encarnar a la Estrella de Oriente, porque si ilusión me hace a mí, más les hace a los que me rodean, y aunque pensé que nunca llegaría, este 2014 ha concedido ese sueño...