Hoy me retiro a mi rincón de pensar...porque hay mucho que sentar en la cabeza, hay mucho que asumir.
¿Hay marcha atrás? Puede que no, aunque nadie te lo aclare. Pero sabes, sientes y presientes, que tus errores al final tienen consecuencias, consecuencias graves, de las que no imaginabas. Pero no eres capaz de dilucidar la solución, no llega a mi la idea que me gustaría.
Sientes cómo se desgarra algo dentro de ti y no puedes hacer nada, por lo menos no debes. Y así pasas los días, sin hacer nada, pero pensando, consumiéndote y dándole vueltas a la cabeza, aunque te preguntas por qué.
Quizás no hay mayor castigo que perder, perder lo que o a quien aprecias.
Pero efectivamente cuando no hay marcha atrás, no tiene sentido seguir dándole vueltas ¿no? Pero sigue siendo inevitable.
Para aprender, hay que perder, ésa parece la moraleja de estas últimas semanas.
¡Señores, hasta mañana! Me retiro a mi rincón, analizando lo que me pesa en mi interior, lo que me duele, lo que me rasga y me castiga.
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¡Muchas gracias por acercarte a mi rincón!