Son esos pequeños locos bajitos, como rezaba un programa de la televisión, que te dan todo lo que tienen, desde un beso a un abrazo, pasando por una sonrisa o aquello que le pidas. Porque son seres que no han aprendido aún a ser egoistas, ni a ser malos o malvados. Pueden ser pillos y traviesos pero a mí cada uno, en su particular forma de ser, me lo dan todo, y lo mejor, sin pedir nada a cambio, que es lo más placentero.
Esos cinco amores a los que quiero con locura, aunque no se lo diga tanto como me gustaría pero a los que espero demostrárselo con cada gesto. Esos cinco enanos que me hacen rabiar, que me sostienen e incluso son un fuerte punto de apoyo. Sin saberlo se convierten en aquellos que me hacen sonreir y que, por muy fastidiado que se haya levantado el día, siempre hacen que pueda sacarle algo bueno al mismo. Son esos angelitos que, sin pretenderlo, animan mi día y cuando nos los veo, los echo de menos, aunque no entiendan esa palabra o su significado y quizás no se lo diga.
Esos cinco soletes a los que me apetece ver, abrazar, besar y hacerlos patalear de rabia, pero los que en definitiva, sin saberlo o pretenderlo, se convierten en una parte indispensable de mí.
Espero que, por mucho que crezcáis, porque vais cumpliendo años y os hacéis mayores, no dejéis de ser mis cinco soles, porque os adoro... Porque cada uno, siendo tan distintos y a la vez, en otras cosas que casi no se perciben, tan iguales, sois para comeros...
Hola Brenda
ResponderEliminarHoy sólo vengo a presentarme. He hecho un nuevo blog y quería invitarte para compartir contigo, si te parece bien.
Aún no tengo amigos, jajaja, ando solo por el mundo todavía. Así que si te gusta mi también tendrás un nuevo amigo.
Saludos,
Jacob K