Se me acaban las palabras...

Parece que ni febrero ni marzo están siendo meses fáciles. Se me acaban las palabras, el intento de consuelo, o las energías, ya no sólo porque hechos de este tipo, tristes evidentemente, se suceden con demasiada rapidez, si no porque estas últimas semanas no están siendo fáciles y no puedo cargar ni conmigo...Ando dispersa y distraida, pero no quiero dejar pasar la oportunidad de decirte que comparto tu dolor si así lo decides, que te apoyo cuando haga falta y perdona si no he estado más ahí, a tu lado, pero el trabajo me ha absorbido en exceso estos días. Pero no por eso quiero que pienses que no abandono, que estoy aquí, y como te dije cuando me diste esa triste noticia para ti, cuando sea, donde sea, aquí estoy, y no me canso de repetírtelo. Y en estos casos poco se puede decir, el consuelo no existe, la pena es máxima, los recuerdos te invaden y no te dejan respirar o procesar todo lo que pasa por tu mente, pero tú tienes una pequeña personita por la que venirte arriba, por la que no dejarte batir, así que, por ella sube la cabeza y sonríe, porque, como se suele decir, mejor ahora que dentro de unos días o unos meses,  cuando quizás la situación fuera peor, el sufrimiento mayor y el agotamiento aún más pesado...Lo siento, por ti y por tu familia, pero quizás ahora desde el cielo te mande toda su fuerza, sus ganas y su vitalidad...y llévate su mejor recuerdo...