Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



miércoles, 12 de diciembre de 2012

Delante de tus narices

Hay veces que, sencillamente, aquello que buscas, esperas o anhelas, está delante de tus narices. Quizás es la falta de confianza en tus posibilidades, la incredulidad o la miopía la que no te permiten darte cuenta, o es que estamos acostumbrados a que nos tengan que decir siempre algo tal cual es, con todas las señales y todos los pormenores.
No hablo sólo de amor y sí hablo de amor. Porque me gustaría que esa persona estuviera delante de mis narices, que estuviera ahí, más cerca o más lejos, pero que fuera efectivamente esa persona que considero más o menos completa, de esas que te encantan por un montón de cosas, aunque a veces la regañes por lo que hace, lo que dice, o como se comporta.
Sí, ojalá delante de mis narices estuviera esa persona. Quizás me dé cuenta, quizás sólo sea un sueño, quizás necesite un empujoncito, quizás necesite arriesgar, porque perder ya es una de las respuestas, ¿y ganar? Quizás nos aferramos tanto a que algo no puede ser, a que alguien no está para nosotros, que rechazamos esa posibilidad antes de intentarlo, antes quizás de vernos en esa situación...

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