Mi virtud, saber escuchar

Si bien no soy de confiar en mi y eso lo saben todos los que me rodean y conocen, porque soy de aquellas a las que sus múltiples defectos la hacen ser imperfecta por naturaleza, me creo con una virtud, saber escuchar, por eso ahora quiero tenderte mi mano, porque es ahora cuando los que te dijeron ser amigos deben demostrarlo. Quizás exista una barrera entre tú y yo, quizás la creaste tú, o lo hice yo, o lo provocamos los dos, pero te tiendo mi mano para superar el duro camino; te propongo mi hombro para llorar; te regalo mi oído, que es todo tuyo en estos duros momentos.
Reír contigo es fácil; pelear puede resultar hasta divertido; sofocarme por aquello que odio que hagas o digas, lo habitual, pero en cambio lo complicado para muchos es estar cuando más falta hacen, pero yo no soy de esas, no. Ya debes saber que estoy aquí para lo que necesites, pero siendo consciente de que debes saberlo, una vez más lo pongo en tu conocimiento a través de este papel, en el que dejo marcado mi compromiso contigo, aunque puede que nunca llegues a leerlo; mi compromiso no sólo cuando tengas ganas de reír, sino cuando necesites explicarte, buscar una razón, llorar, cabrearte, sacar lo que guardas dentro, lo que no te hayas atrevido aún a decir...Todo lo que te quema, lo que te hace cerrar los puños de rabia, de impotencia...
No olvides nunca que aquí estoy yo, esa que hace ruido por su mal genio, por su carácter complicado, pero que te tiende su mano porque escuchar precisamente es algo que cree saber hacer, es de esas virtudes que me gusta resaltar entre todo lo malo...