Recuerdo como si fuera ayer el primer día que hice prácticas en Información El Puerto. Recuerdo la portada, dedicada al Vapor, casi nada ha llovido desde entonces. Tan solo ocho años largos, y parece que fuera ayer cuando, con todos mis miedos, me enfrentaba a entrar en aquella redacción, en la que me esperaban las que para mí han sido mis maestras: Josefina Escudero que, como bien decía un compañero, se fue demasiado pronto, porque tenía mucho que enseñarnos, mucho que contar y muy buen periodismo que seguir haciendo; y Esther Vila, que al final se hacía con todos los becarios porque le tocaba corregirnos las páginas casi a diario. Desenfundaba su bolígrafo y empezaba a hacer añadiduras y tachones hasta que quedaba una noticia bien contada.
Y capítulo aparte merece a una de
mis amigas, Virginia Agar. Fue poco el tiempo, para el que llevamos en el
periodismo, el que nos unió la profesión en El Puerto, pero fue suficiente para
forjar nuestra amistad. Y eso lo llevo a gala. Gran periodista, mejor compañera
y mucho mejor amiga. Con ella he compartidos mis primeros meses de periodismo,
saber y sufrir lo que era una redacción llena de gente, sin que apenas cupiéramos
y sin ordenadores libres. Había que esperar a que alguno de los redactores en
plantilla se fuera a cubrir alguna noticia para poder hacer nuestros textos diarios,
toda una odisea. Pero no desaprovechamos nuestro tiempo, porque coincidimos en
sacarnos el carné del coche y lo conseguimos.
Recién salida de la facultad, me
dio, al contrario que a otros compañeros, por internarme en el mundo laboral,
del que ya no salí, porque fui encadenando una serie de “casualidades” (de esas
en las que no creo) y al final me quedé en plantilla poco tiempo después de
llevar tres meses en este medio que hoy persiste, que ha luchado tanto por
mantenerse a flote, y aún lo consigue, como siempre digo, gracias al empuje de
todos os magníficos profesionales que lo hacen posible. Porque he de decir a
gala que, quien ha pasado por Información puede enfrentarse a cualquier otra
situación periodística, porque estará curtido mil veces más que cualquiera…sin
desmerece a ningún otro periodista claro.
He aprendido que mi profesión es
a la par emocionante y a la par desmotivadora. He aprendido a ser casi una
psicóloga con muchos que se acercaban a este medio de comunicación para que
fuéramos la voz de sus problemas. He sentido que hacíamos, desde las cuatro
paredes de la redacción de la calle Aurora, una amplia labor social con muchos
para los que este medio era una ventana de sus denuncias, lo contrario a lo que
le ofrecían otros. He conocido a gente maravillosa, fuera y dentro de la profesión
en sí. Algunos siguen conmigo a pesar de los años, estando lejos o cerca, eso
no importa. Otros quedaron por el camino porque su estrechez de mente no les
deja evolucionar. Algunos me enseñaron mucho, otros me aportaron, y otros, me
quitaron, pero recuerdo a muchos de ellos, y no quiero decir nombres por no
dejar a nadie en el olvido, algo que no me gustaría. He peleado, hemos
compartido puntos de vista, hemos puesto encima de la mesa nuestros problemas,
hemos convivido como una familia, hemos celebrado todas las fiestas y más,
hemos hecho periodismo de calidad, nos hemos quedado hasta las tantas en el
cierre de muchas ediciones…
En definitiva, es el medio que me
ha visto evolucionar como periodista. No sé si para convertirme en buena o mala
comunicadora, pero por lo menos a desarrollarme como tal sí. Eso no hay quien
me lo quite. Por eso confío en que los que ahora tenéis la posibilidad de
seguir haciéndolo crecer no os rindáis y sigáis haciendo que salga a la calle
cada día para informar al portuense, porque al final es lo que nos mueve, que
los problemas, reivindicaciones, proyectos, peticiones, etc, de todos salgan a
la calle, se muestren, se conozcan…Es el medio que ha hecho posible que una
persona introvertida y tímida como yo haya superado muchos de sus miedos, a
pesar de que me sigue gustando el periodismo escrito más que ninguno, porque a
pesar de que son ocho años largos ya en la profesión, sigo teniendo ese
gusanillo por apuntar en la libreta, estar al pie de la noticia y volver a
plasmar a través del teclado del ordenador. A maquetar mi noticia, a madurarla
(todo lo que te lo permite la rapidez con la que se trabaja en un diario) y a
cambiar una y otra vez si así te lo requiere la mente…
Por todo y por tanto, felicidades
a los que empezasteis a hacer realidad este medio que, al igual que su nombre,
ha evolucionado tanto que casi no lo conocemos. Y a los que lo habéis hecho
posible y los que hoy os seguís pringando para que siga adelante. Porque, en
esencia, sigue respondiendo al mismo criterio, al de informar…