Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



miércoles, 23 de septiembre de 2015

Se fue...

El verano se ha ido. Hasta el próximo año las postales de mi playa no serán las mismas.
Ahora podré respirar ante una playa prácticamente vacía, con días menos soleados y envuelta en ropa de abrigo. 

Pero llegaré a ella anhelando que llegue el próximo verano, mi estación del año favorita y en la que pongo todas mis expectativas, mi empeño.
Porque si para muchos septiembre es el mes en el que empieza el año, yo prefiero quedarme siempre con el verano para empezar. Empezar a vivir, a disfrutar del buen tiempo, a colocar los muebles en la cabeza, a plantear nuevos proyectos...
Nadie me puede discutir los beneficios que tienen tantas horas de sol, esos días tan largos, con altas temperaturas y un armario más ligero de ropa. Ni que el verano hace que nuestros planes sean infinitos, desde ir a la playa sin horario, tomar un café a pie de playa o terminar el día con una buena copa y una conversación sin pretensiones. Es un placer poder leer un libro en tu playa favorita y aislarte del mundo. Es un placer conquistar tu trocito de arena y pasar las horas muertas...Sin pensar en nada ni en nadie.
Este verano, el mío, ha sido raro. A pesar de los consejos que me dieron, no he sabido disfrutar del verano sin pensar en muchas cosas, en aquellas que son importantes.
¿Playa? Sí, gracias. No me he privado aunuqe podría haber sido más intenso, pero no siempre se puede acudir donde quieres cuantas veces quieres. Y es que la playa para mí es plena relajación, el momento en el que no hacer nada se convierte en parte de la rutina y en la que el culto al cuerpo es una filosofía admirable y que sienta muy bien...
Este año un pequeño traspiés ha truncado mis posibilidades de ir a la playa tanto como me hubiera gustado. Pero al final sacaré alguna moraleja, supongo que la habrá. Al igual que sacaré alguna otra moraleja más con respecto a todo lo que ha pasado este verano. Por mucho que te empeñes, si algo no puede cuajar, no cuajará. El interés que muestras porque algo o alguien llegue no siempre consigue que la persona que tienes enfrente esté contigo como esperas. 
Este verano me ha enseñado que ser transparente solo me reporta frustración. Porque no siempre es una opción buena. Y es que, se crean heridas complicadas de cerrar. 
He aprendido a creer que, si alguien me valora, hará lo posible por llegar a mí, como lo intento yo. A pesar de la distancia o de las desavenencias. Porque creo que también merezco la pena y no siempre tengo que ser yo quien dé un paso al frente. Demasiados he dado y siempre sin mapa y brújula, de ahí que siempre acabe en el lugar equivocado y haciendo aquello que prometo no hacer.
Este verano me ha demostrado que la familia es un gran pilar. Y no siempre está compuesta por hilos de sangre, que también. Y yo tengo la suerte de tener una gran familia, en ambos sentidos. Una familia que me empeño en hacer crcer, pero no sé si esas pocas personas que quiero incluir en esta están dispuestas a ello. El tiempo, como con todo, lo dirá. 
Y también me ha servido para darme cuenta que, a pesar de cumplir años, siempre caigo en los mismos errores. 
Ahora queda un largo otoño-invierno por delante, para preparar el cuerpo y la mente para disfrutar y vivir el verano de 2016, que se antoja muy lejano, cierto. Confío que sea mejor que al que digo adiós hoy, que oficialmente entra el otoño.

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