Mi pelo y yo no tenemos una buena relación. No.
Me tiene declarada la batalla, y yo como se ponga tonto, le declaro la guerra, directamente.
Se cae a cada instante, está más rebelde que nunca y además hace tiempo que no lo corto, así que va siendo necesario pasar por la peluquería, aunque en su favor diré que está más manejable que nunca. Nada que ver con la dueña. Bueno, en lo de rebelde, sí, en lo de manejable, nunca.
Y es que, al igual que las mascotas se parecen a sus dueños, al final el pelo, parece que también. Es así. Seguro que hay algún estudio por ahí que lo certifica.
¡Cómo sigas sin hacer caso, veras! Y sí, suena a amenaza, y pienso cumplirla ;)
Ya sé, me estoy quedando muy pillada, porque mantengo batallas con mi pelo...ains, tanto insomnio va a tener consecuencias fatales para mí, entre otras tantas cosas...
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