Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



miércoles, 11 de mayo de 2016

La eterna disputa

¿Quién ganó? Ésa fue su última reflexión. Y es que, por más vueltas que le diera, nunca encontraba una razón, una respuesta. No sabía si había ganado él, porque había conseguido sacar lo mejor de ella para después dejarla tirada en medio del camino, la incertidumbre, o aquella por la que suspiraba, pero tenía claro algo: ella era la perdedora. No quería hacerse la víctima, pero siempre hay quien gana y quien pierde. Cada historia tiene una serie de personajes, y en ésta, ése era su papel...
Mantenía con su mente una eterna disputa y por muchos días que pasaran, no lograba mitigarla. La batalla de su cabeza, de lo que debía hacer, con la de su corazón, de lo que este músculo le pedía hacer. Al final, como en todo, había un ganador, su mente, y un perdedor, su corazón. Acaba mordiéndose la lengua, tragándose sus propios pensamientos y las palabras que siempre se quedaban alojadas en su boca, sin salir, porque nunca recibían permiso.
Así un día y otro. Así cada mañana, en que su primer pensamiento, como había ocurrido en otro momento, era saber de él o esperar despertar con un mensaje de buenos días; hasta el último del día, en que se quedaba dormida pensando en las conversaciones que no volverían. La nostalgia se hacía eco de esa espera y al final se quedaba dormida. Triste, abatida, y cansada del trajín de cada día. A veces, incluso con alguna lágrima derramando por su mejilla. Y entre medias, a lo largo del día también había algún que otro vistazo atrás, recordando algo que le hacía reír, algún comentario fuera de tono o alguna conversación algo más seria. Le daba da igual qué, pero sabía que echaba de menos todo eso, todos aquellos pequeños detalles que venían a su mente. 

Y era entonces cuando esa eterna disputa volvía a tomar relevancia. Porque entonces pensaba por qué ella había sido la elegida, por qué para mitigar su dolor por ella había escogido otra víctima. ¿Y por qué yo? Eso le rondaba por la mente, era lo que apenas la dejaba descansar y martilleaba su mente, día y noche. 
La disputa eterna que comenzaba cuando abría los ojos y acababa cuando el cansancio la vencía de noche. Solo entonces. Y sentir unas ganas espantosas de saber, de preguntar, de decir, de decidir...Pero nada podía decir, nada podía hacer, nada podía preguntar y nada podía reprochar. Porque encima, y sin saber por qué, había pasado a ser también un despojo, que ni una mirada merecía.

1 comentario:

  1. Totalmente identificada. "El corazón tiene razones que la razón no entiende".

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