Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



martes, 31 de mayo de 2016

La vida ahora le sonreía

La vida le sonreía. No sabía si sonreirle solo a medias, para no atraer a la mala suerte, o en cambio abrir de par en par su boca para que se viera su amplia sonrisa. 
Y es que, cuando algo bueno le ocurría, lo disfrutaba con tantas ganas que tenía la sensación de que a la vez se le castigaba para que no fuera tan feliz. Eso le parecía, eso era lo que sacaba en claro cada vez que ocurría algo similar.
Atrás habían quedado los meses de desasosiego, de dudar y pensar. Atrás había quedado el ansia de buscarlo, de no tenerlo cerca y querer estar a su lado. Ahora quería estar al lado de otra persona y eso era lo que más feliz le hacía. Intentarlo. ¡Qué menos!. Sobre todo después de tanto consejo que había recibido para que olvidara, para que pasara página. 


Ahora era el momento. Miró atrás y no se creyó que hubieran pasado meses y que, aquello que le parecía imposible, ahora fuera verdad. Así es la vida, se dijo para sus adentros. 
Pero aún había pasos que dar para ser feliz. Ser sensata, no precipitarse, y no correr. Era fundamental. Porque los pasos que daba no le gustaba desandarlos. Era una chica de ideas fijas. Por tanto, cada decisión, ahora, estaría más meditada. Y es que las prisas, dicen, no son buenas consejeras. Y si no funciona, a otra cosa, que era el momento de darse una oportunidad, de creer en sí misma y ser la valiente que sabía que era. Sin lamentos, sin caídas absurdas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Muchas gracias por acercarte a mi rincón!