Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



lunes, 26 de septiembre de 2016

Tuvo que soñarlo...

Imaginó aquel momento demasiadas veces. Y es que lo había intentado en varias ocasiones, pero había algo que a él le frenaba. 

Por eso tuvo que soñarlo. Por eso no tuvo más remedio que imaginarlo, que pensar en todo aquello que le hubiera encantado que pasara. En aquella cita que nunca se dió.

No pudo disimular sus nervios. Las horas anteriores a aquel encuentro fueron un infierno. No supo qué coger del armario, casi se aprendió de memoria algunas posibles conversaciones para no quedarse callada por culpa del miedo. No supo cómo llegó ni siquiera a aquel sitio en el que habían quedado. Pero a la hora pactada, allí se vio, sin más. 



Pero cuando lo vio aparecer, no pudo detener sus nervios, no fue capaz de mirarlo a los ojos. Tenía demasiadas expectativas puestas en aquel reencuentro y no quería estropearlo. Pero no sabía cuál sería su reacción. 

No supo si darle dos besos, si un abrazo o qué. Y es que no se habían visto, en persona no se conocían y eso le hizo tener más miedo aún. Porque creía tener las cosas claras, pero no sabía qué se encontraría, no sabía qué pensaría de ella, no sabía si resultaría ser lo que buscaba o no, lo que había imaginado o no, lo que había conocido anteriormente o no...

No supo qué preguntar, no fue capaz de hilar una conversación con sentido. Y eso él lo notó. Pero no le dio importancia. Quizás él estaba igual de nervioso que ella. Quizás ese encuentro supusiera tanto para él como para ella. Y ella quiso hacer de aquel momento un algo especial, donde no importara el lugar, el cómo, el cuándo ni el por qué. Solo la compañía. 

Y se le pasaron las horas volando. Cuando miró el reloj, casi por casualidad, había pasado mucho más tiempo del que creyó. Y lo mejor era que no se le había hecho pesado y no quería irse. No quiso que llegara el momento de despedirse. Y sabía que, cuando lo hicieran, querría recordaro. Quería hacer algo especial para que él no tuviera dudas.

Imaginó sus labios unidos a los suyos, en un beso. Como los besos en las películas, que llegan casi sin buscarlos. Pero un beso que, sorprendemente, ella buscó y propició. Pero con miedo, miedo de no ser correspondida. Miedo de que entonces le confesara que todo había sido un error o que quizás...no quería ni verbalizar lo que pasaba por su mente, porque quería ser feliz, aunque fuera un instante, por ello intentó que huyeran de su mente aquellos malos pensamientos, aquello que la hacía tener una mala vibración...

Por ello siguió con aquel beso que acercó sus bocas hasta el extremo de faltarles el aliento. Le tomó por el cuello, para que no se escapara, y luchó por no continuar comiéndoselo a besos sin parar. Pero también quiso mirarlo a los ojos, que se encontraran y se dijeran, sin palabras, que todo estaba bien, que el tiempo pasado había dado igual. 

Y aunque no quiso irse, estaba deseando alejarse de él para decirle, sin tenerlo cara a cara, para evitar la vergüenza, que lo había pasado muy bien, que había sido especial, como esperaba, como deseaba. 

Y que quería continuar viéndolo. Porque en el fondo, sabía que había sido un error alejarlo de su vida...Y ahora no quería tenerlo lejos, no quería perder el contacto con él, quería decirle todo lo que no había dicho, quería disfrutar de él sin más, de esos ratos agradables, divertidos...

Por eso siguió soñando con aquel momento, que por ahora no había llegado. ¿Por qué? No lo sabía, quizás no lo había intentado lo suficiente; quizás él no quería dar aquel paso; quizás no era, simplemente, lo que él buscaba...Soñando con aquello que visualizaba todas las noches...



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