Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



jueves, 15 de septiembre de 2016

¿Y fue casualidad?

Pasan cosas, de esas que a veces no piensas que ocurran.

De repente, alguien con quien un día perdiste el contacto, vuelve. Reaparece en tu vida. Y piensas que no es casualidad, porque no creo en esas cosas. Y me paro a pensar. ¿Por qué desapareció? ¿Fui yo, tuve la culpa? ¿Qué no hice, que hice para alejar a esa persona?

¿Y por qué una segunda oportunidad? Ésa fue mi pregunta nada más ver su nombre de nuevo. Te da por pensar, por un lado, en que la vida te vuelve a unir a alguien; o bien que es una broma macraba del destino; o que llega para restregarte que un día dejaste pasar la oportunidad y la vida le va fenomenal.

Pero no, resulta que, a simple vista, parece que no hay nada malo. Por mucho que intentes buscar debajo de la alfombra, no hay trampa. Y conforme pasan los días sientes la necesidad de hablar con esa persona, de conocer qué ha pasado en este tiempo de ausencia, pero no llegas a verte correspondida. No hay fluidez en la conversación, y aunque no lo muestras, sientes un vacío extraño en tu interior, sientes que es difícil llegar a esa persona, como si hubiera una barrera, a pesar de la cecanía física.





Y te preguntas por qué. Pero no dejas de intentarlo, porque hay algo que te dice que sigas adelante, sin mirar atrás, porque parece que hay mucho que averiguar, hay mucho bonito que descubrir. Y ya no te planteas qué no pasó o por qué no fue. Simplemente piensas que podrás recuperar parte de ese tiempo perdido años atrás, que podrás tomarte un café con esa persona, mirándolo a los ojos si la vergüenza te lo permite, pero empapándote de todo lo que quieres saber, lo que quieres descubrir, lo que quieres sentir.

Pero no llega. Por mucho que pones ganas, no lo consigues. No consigues esa conversación cómplice que te haga reír; no consigues atrapar la atención de esa persona; no eres capaz de generar un poco de ilusión. Y a pesar de que el pasado no deja de hacerse presente, no te rindes, y continúas con tu particular batalla. Siempre preguntándote ¿qué he hecho mal? ¿qué tengo que hacer? ¿qué tengo que demostrar? ¿por qué no merezco siquiera una triste respuesta, una conversación, un momento sentados a una mesa con un café?

Entonces es cuando la duda te asalta y se hace dueña de tu pensamiento. Ahora no eres capaz de pensar con positividad. Ahora no sabes qué hacer. ¿Hablar o no? ¿Continuar insistiendo aunque la peor de las respuestas es la que se hace patente, es decir, el silencio? ¿Buscar una excusa tonta para escribirle? ¿Plantarte en algún lugar donde crees que puedes encontrarlo?

Pensé que, por una vez, podía ser. Por una vez podía sentir que algo podía ir bien, que tenía una recompensa. Por una vez quería creer que las segundas oportunidades existían. Por una vez creí que los errores del pasado se podían subsanar, aunque fuera años después. Por una vez...por una vez pensé que no era casualidad que hubiera vuelto. Que hubiera vuelto para ser parte de mi vida, de una u otra manera. Pero ni siquiera me dejó intentar averiguar qué quería que fuera. Ni siquiera pude dar un paso sencillo como mirar a esa persona a los ojos y saber qué había pasado o qué pasa...

No creo en las casualidades, no, pero ¿solo fue un espejismo? No sé si tendré respuesta o no. Pero me gustaría tener un final feliz para esta reflexión, poder decir que me he podido sentar delante de esa persona y averiguar aquello que me intriga, aquello que hace que le dé vueltas a la cabeza, aquello que me ronda día y noche, aquello que quiero decir o no...Quería saber el motivo por el que te conocí y por el que ha vuelto...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Muchas gracias por acercarte a mi rincón!