Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



sábado, 23 de julio de 2016

Un título para aquel día

No supo qué titulo poner a aquel día. La sensación al despertar fue extraña, pero supo que tenía las ideas claras y que lo que experimentaba no le gustaba y mucho menos le llenaba. 

Pero quizo hacer acopio de paciencia y esperar. Aunque no era precisamente un ejemplo de este tipo de personas con ese don. Pero había que intentarlo.

Era el reto de aquella mañana, de aquel día. Intentar echar paciencia y esperar. 

Nunca había sido buena determinando aquello que le pasaba y adelantarse a los acontecimientos, tampoco. 
Aunque ahora que lo pensaba, la espera tampoco nunca había sido positiva. 

Es decir, que nunca aquella rara sensación que la inundaba a veces, como la de aquel día, había resultado errónea. Ya se sabe, la intuición...

Pero quizás era mejor así. En su vida había sido especialista en atraer a gente que aparecía y desaparecía sin apenas pestañear. Sin decir palabra, sin dar una leve explicación. Y se había acostumbrado a actuar con desdén, haciendo ver que no le importaba. Aunque en el fondo fuera todo lo contrario. 

Internet


Lo peor, o lo mejor, era que, en su fuero interno, sabía que no era problema suyo. Era como se mostraba. No había más dobleces. Quizás alguien esperaba más, o menos, y el interés, si lo había, desaparecía en cuestión de días o de minutos. O quizás nunca lo hubo y ella creyó que sí. Ésas eran las cosas que le pasaban. Asi. No entender cómo era el opuesto no significaba que la responsabilidad fuera propia. 

Y a veces pensaba en actuar de otra manera, pero es complicado hacer, parecer o mostrarse como una no es. 

Es díficil ir en contra de lo que una piensa, en contra de lo que una se ha forjado a lo largo de los años. 
Por tanto, un día más, una vez más, tocaba combatir la situación extraña que vivía como sabía, en definitiva, como podía. Y eso no significaba rendirse, todo lo contrario, echar los restos, exponerse y llevar lo mejor posible lo que supusiera aquello. Ni más, ni menos. Porque no era la primera ni sería la última Algún día habría claridad, algún día habría sensatez, de eso estaba egura, no podía ser de otra manera.

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