Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



domingo, 15 de enero de 2017

Aquella preciosa carita...

Ver aquella preciosa carita en su regazo le hizo olvidarse del tibio dolor que sentía en todo su cuerpo y por un momento, hasta de esos duros pensamientos que la asaltaban tanto y apenas la dejaron disfrutar de los últimos días de su embarazo y el instante más feliz de su existencia, ver la cara de su hija. 

Pequeña, con ojos vivos y grandes, de un color verdoso claro, con la piel rosada y un sedoso pelo castaño, así contempló a quien, a ciencia cierta, ocuparía su pensamiento día y noche de ahora en adelante. Quiso acunarla a todas horas, no despegarse de ella, aunque mirarla también le recordara siempre que aquel que hizo posible que ese pequeño tesoro estuviera allí con ella no estaría a su lado, y menos, en el de esa pequeña. 



Y volvió aquel pensamiento que no la abandonaba. Una suerte de culpa de sentirse la madre soltera que todos mirarían preguntando, como ella también se lo había planteado tantas veces, qué había hecho para merecer no poder darle lo que ella sí había tenido, una familia completa. Pero bastante tenía con los posibles reproches de los demás, como para machacarse ella también.

Pero sabía que había hecho bien.

Aunque solo hubieran sido unos meses, qué más daba cuántos, ya se había cansado de contarlos, lo que había pasado entre ellos era algo precioso, por lo menos para ella. Y desde aquella última vez supo que sentía algo en su interior, como una intuición que la avisó de que ya comenzaba a nacer algo en su interior. 

Y aunque no quiso que él sintiera pena y mucho menos reprochara nada, porque la idea de afrontar la maternidad sola era algo que había pasado por su mente muchas veces, había tenido la valentía de decirle que aquella vida que albergaba en su ser también era suya. Solo para que lo supiera. Solo para que tuviera constancia. Y es que le aterraba pensar que tendría que convivir con esa culpa toda la vida y que su hija tuviera tanto parecido a él que fuera como un castigo por no haber sido sincera. Algo que marcaba su vida, por cierto. Por eso afrontó ese desagradable trago, fuera cual fuera la respuesta de ese hombre...

Quería tener la conciencia tranquila. Una vez más esa idea volvió a atormentarla, hasta que sintio que algo se movía encima de ella y supo que debía entregarse a ella, porque sería quien llenara el espacio que había dejado tanto amor que había repartido a hombres que no habían sabido valorar lo que estaba dispuesta a entregar, incluido a aquel que había hecho posible eso que tanto anhelaba, aunque en estos momentos no lo buscara. 

Supo que ése y otros pensamientos volverían a visitarla, pero también tuvo claro que, por ella, y con la ayuda de los que la querían y estaban a su lado, los reproches que se hacía pasarían a ser simples voces lejanas

Aquella pequeña llenó todo su ser, su vacío, y ahora, todos los días de su vida. Estaba segura. Habría momentos complicados que afrontar, e incluso días de soledad que costaría afrontar, pero tenía claro que, entre sus brazos, tenía al ser más importante de su vida, y a quien la querría y cuidaría como ella haría con ese pequeño ser.

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