Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



martes, 3 de enero de 2017

Demasiado para mí ¿no?

No era el momento, porque todas mis decepciones estaban tan frescas que no quería volver a sentirme triste. Porque, había algo dentro de mí que me decía que, tan pronto llegaste, tan pronto te marcharías. Aunque no lo quisiera así, y aún hoy confio en que no sea así, a que vuelvas como si nada hubiera pasado. Ilusa. 

No quise confiar en que aquello que decías fuera cierto, porque de marcharte, como has hecho, no sabría qué hacer. Porque me sentí guapa sin serlo; bella como ninguna otra; porque me veía reflejada en tu mirada; feliz sin tenerlo todo porque contigo poco me hacía falta; fuerte siendo débil, porque mi empeño hacía que pudiera sacarte una sonrisa, aún en un mal momento...Pero resulta que todo fue un espejismo, algo que pasó tan rápido que apenas pude saborearlo. 



No quise hacerme ilusiones, porque alguien como tú no se fija en alguien como yo. No me creo la chica que tiene la "suerte" de estar con un chico guapo, a simple vista modesto, de esos que quitan el hipo y provocan algún infarto, como tú. Demasiado para mí ¿no? Y efectivamente así se ha demostrado. Demasiado para alguien tan simple, tan del montón, como yo. 

Como la mala suerte parece que me persigue y me ha cogido cariño, he vivido varias semanas en una idílica pompa, en un sueño pero despierta, en una constante felicidad, creyendo que por fin las maldiciones habían dejado de perseguirme. Hasta que la mala suerte se hizo presente. Maldita.

Estaba segura de haber encontrado a la horma de mi zapato. Aunque sea difícil saberlo con certeza, había algo que me decía que habías llegado para no marcharte, sino para quedarte poco a poco, sin prisas, sin premisas, saboreando cada minuto que pudiéramos estar juntos y planificando, aunque poco, el resto, así como si nos conociéramos de hace mucho, que es lo que más confianza me ha dado. 

Y al final resulta que he vivido en un sueño demasiado corto que no me ha dado tiempo a disfrutar como creo que me merezco. No sé qué pensar, me cuesta entender las pocas razones que me has dado y me duele no ser lo suficiente para quedarte, para permanecer, para apostar por lo que sea que iba naciendo. Quizás fuera la única que lo veía. 

Una vez más me siento ridícula al sentir algo, aunque sea poco; a ilusionarme y creerme importante para alguien; a darme toda cuando no me has demostrado querer ni la mitad, sobre todo a partir de cierto día, del que ni fui consciente; a estar ahí desde el primer día contigo y por ti cuando no me lo has pedido, porque no es mi ayuda la que quieres; a creerme alguien cuando no he sido ni una triste opción...




No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Muchas gracias por acercarte a mi rincón!