Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



lunes, 22 de octubre de 2012

Esa suerte que tengo

Hay veces que es una suerte saber, con certeza, que hay alguien a quien no ves nunca, para ser sinceros, y que siempre está dispuesto a escucharte, esa persona que me ha hecho y me hará pasar ratos inolvidables, quien me saca una sonrisa sin necesidad de pensar en exceso, y que siempre tiene un gesto adorable conmigo, por lejos que estén nuestras manos para estrecharse en los malos momentos.
Y hoy ha vuelto a ser uno de esos momentos en que sólo hace falta levantar el teléfono (en sentido figurado, porque las nuevas tecnologías hacen que ni sea necesario), porque he sentido la necesidad de saber de esa persona, y zas, ha salido del otro lado, sin preocuparse de cuánto tiempo hace que no hablamos, no contamos nuestras cosas o nos dirigimos un hola (concretamente el último fue en una circunstancia algo desagradable para mí), y hemos tenido una de esas conversaciones que tanto me gustan, de esas en las que no hace falta siquiera remontarse a la última vez en que nos contamos algo, pues sólo con saber que estamos bien me basta.
Y puedo sonar egoista, pero me gusta saber que estás ahí, que siempre ha sido una de esas personas que siempre está disponible, a pesar de que hoy incluso te he molestado más de lo normal, porque estabas ocupado con tu vuelta a casa, ya sabes a qué me refiero. Me gusta confiar en ti y que lo hagas conmigo, que nunca te sienta un extraño, aunque hace mil que no nos vemos y eso es algo que siempre me pesa, aunque creas que me invento mil y una excusas.
Espero que esto nunca cambie, aunque nuestras vidas se alejen, aunque nos distanciemos o los kilómetros que nos separan en la realidad siempre sean los mismos, o sea muchos, y podamos contar el uno con el otro. Espero que, sea lo que sea lo que nos ocurra, bueno o malo, siempre estemos el uno para el otro, yo te aseguro mi amistad para muchos años, porque hemos sabido conservarla después de todo y eso es de agradecer.
Y gracias de nuevo por el ratito de hoy, porque me has devuelto a la normalidad, a esa que parece que me ha abandonado para que la cope la rareza, en todos los sentidos.
Pd: sólo espero que siempre, porque así lo necesito y lo necesitaré, tengas un ratito así para mí, porque me haces muy feliz.

2 comentarios:

  1. A veces no importa no estar todos los dias ahi, sin cuando se necesita estan lso primeros :)

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  2. cierto es, y es lo importante, eso lo aprendo con el tiempo!!!

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