Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



miércoles, 10 de octubre de 2012

Sí, madurez...

Sí, madurez, es el término que hoy se me viene a la cabeza. Por muchas razones. Hoy se han acumulado en mi mente muchas secuencias, de personas, momentos y épocas distintos, quizás por lo vivido, escuchado, aconsejado y rememorado. Madurez, según el diccionario de la RAE es buen juicio o prudencia, sensatez, entre otras acepciones. Pues bien, la madurez se demuestra. No podemos ir por la vida de maduros, porque no es una medalla que nos podamos poner, sino un estadio que debemos alcanzar, pero alcanzar ganándonoslo a pulso. Es así, y no hay forma de cambiarlo.
Hay quien se jacta de ser una persona madura, y hay quien incluso es capaz de convencerte, pero siempre se llega a la verdad, y al final acabas sabiendo o comprobando, que muchas veces es lo peor, que es incierto, que es muy fácil utilizar la palabra madurez por azar, de manera banal.
Hay quien en cambio es maduro en alguna de sus decisiones y otras, las que parecen más sencillas, no es capaz de sacarlas adelante. Hoy me he encontrado con una persona así, que ya sabía que era así pero que ha vuelto a indicarme un problema, que para mi gusto sólo existe en su subconsciente, en su "creada" incapacidad para no poder funcionar de la manera que se le aconseja. Lo peor es que asuma que lo que se le aconseja es cierto, que "llevas la razón", puesto que no está dispuesto a cambiar su actitud.
Y está quien siempre será un jovenzuelo, un "vive la vida" de esos que no cambian mucho, por mucho que por su carné de identidad sí pasen los años.
Es así. Seguro que hay muchos otros tipos de madurez, fingida o real, pero hoy, como digo, se han venido a mi mente estos tipos de personas. A unos no los soporto en mi vida, porque no quiero cerca a quien es experto en el arte de mentir, es más fácil asumir los errores de cada uno y así poder crecer juntos, porque nadie es perfecto. A otros en cambio intento ayudarlos día a día, aunque a veces es muy complicado, sobre todo cuando no se quieren enterar de lo que se le dice o no se quieren parar a rectificar la manera de actuar que comenzaron.

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