Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



lunes, 6 de junio de 2016

No quiso...

No quiso ser ni estar para nadie. Por eso continuó conservando su libertad, aquella que le permitia posar sus ojos en cualquiera y hacer que sus manos tocaran cualquier cuerpo.
No quiso que nadie se fijara en ella, porque cada vez que alguien mostraba cierto interés por ella, acababa con el corazón hecho añicos. 
No quiso que nadie posara sus ojos en sus ojos color miel. Porque sabía interpretar demasiado bien las miradas de aquellos que mostraban su desdén. 
No quiso perderse en la orilla de la espalda de ningún hombre, porque no sabía si sabría volver de aquel abrupto paisaje.

No quiso encapricharse con otro hombre, porque no estaba preparada.
No quiso ser una fugaz estrella en el firmamento de nadie.
No quiso estar con alguien que le prometería demasiado para no cumplir nada. Porque cuando creía aquellas promesas lanzadas al viento le lastimaba que no se hicieran realidad.
No quiso formar parte de la vida de nadie. Porque era duro ser y de pronto, no ser.
No quiso ser la otra en la vida de ningún otro hombre. Porque querer era algo muy importante para que al final tuviera que darse cuenta de que ella no era la elección. Nunca lo había sido.
No quiso adorar aquel cuerpo, ni ningún otro, de adonis terrenal. 
No quiso ser esclava de ningún deseo sexual. Y mucho menos acabar en los brazos de otra persona que le hiciera daño.
No quiso entregar su corazón. Ya lo había puesto en subasta demasiadas veces como para tener que volver a unir las piezas rotas, como si tuviera entre sus manos un vulgar puzzle. 
No quiso pensar en nadie. Solo quiso dejarse llevar por los días, sin pensar, sin estar, sin ser, sin querer, sin pretender. Porque toda intención caía en saco roto.
Solo quiso pasar desapercibida, dejar que las heridas sanasen y despertar tranquila por las mañanas. Sin anhelos, sin deseos, sin aspiraciones. Sin nadie en quien pensar.

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