Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



jueves, 26 de abril de 2012

La carga de tu espalda...

Esta semana no está siendo fácil, por muchos motivos, porque en la espalda no puedes cargar más de lo que tu fuerza física te permite, y en silencio vas cargando, porque crees que un poco más no te afectará, hasta que te das cuenta, un día de esos al levantarte, que tu espalda está más cargada de lo que realmente puedes asumir, y empiezas a analizar por qué, y te das cuenta que te haces con un problema de por aquí, una angustia de por allí, que dejaste en el tintero decir aquello que querías y te va acompañando, que no has asumido la derrota y en ese u otro campo de tu vida, que creiste que podías ser alivio a alguien, que entendiste que tu hombro estaba ahí para quien lo necesitase, pero lo triste es que no hay hombro para ti en los momentos duros, o una respuesta a todos esos esfuerzos, a los que haces porque sí, por unos, por otros, por tu bien, por el de tu futuro, el profesional, el familiar, el personal, etc, y llega un día de esa semana en que todo se hace cuesta arriba, en que cuesta camina, cuesta y mucho seguir levantando la pierna para coger impulso y llegar a tu meta. Y te sientes abatida, pero también sin ganas, por lo menos sin ganas de dirigir tus quejas, tu pena, tu sinsabor, a quien no lo merece, y eso precisamente me ocurrió ayer, que mi desgana no me dejó concentrarme en el mensaje que me dio alguien cercano a mí pero lejano físicamente, ese alguien que siempre intenta sacarme una sonrisa y un "sí, yo puedo", y que ayer no arrancó de mí lo mismo sino pasividad y pocas ganas de luchar.
Hay días en que consumes tus fuerzas y ni siquiera eres capaz de llegar a la mitad de lo que pretendías, y otros, como hoy, que te entregas directamente a la desidia, porque no puedes más, porque no puedes luchar por ti y por los demás (y por ti primero, como en el juego del escondite). Porque tú también mereces que estén pendientes de ti, que te hagan caso, que no seas, invisible.
Seguro que mañana o pasado, o la semana próxima, como decía a esa persona, pues todo se vaya, después de la tempestad viene la calma, pero es tan complicado ahora, después de esta dura semana, afrontar con normalidad el mañana, es tan difícil pensar en que todo lo que haces tiene un buen resultado o tendrá una recompensa, por pequeñita que sea, que no es fácil por tanto continuar.

1 comentario:

  1. Querida B, ya te lo dije hace tiempo, tienes que sacar tiempo para ti, para desconectar del mundo, reflexionar, relajarte, em resumidas cuentas mirar por "TI".

    Un abrazo

    ResponderEliminar

¡Muchas gracias por acercarte a mi rincón!