Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



martes, 18 de septiembre de 2012

¿Y ahora qué...?

He repasado qué poder escribir mil y una veces, porque en realidad ocho años dan para mucho y parece que fue ayer cuando empezara y que por tanto mi libro de las experiencias profesionales no está siquiera empezado. Hoy es un día de contradicciones, de lágrimas, de mirar hacia atrás rememorando dónde y cuándo comenzó todo esto, pero también de agradecimiento a quien ha estado a mi lado, a quien ha caminado a mi lado desde el principio y a quien se ha ido incorporando a esta andadura, y de risas echadas con aquellos que han demostrado apreciarme. Y de preguntarme ¿y ahora qué?
Julio de 2004, ahí empezó todo, recién salida de la facultad, con un montón de teoría en la cabeza y poco en la práctica, pero con muchas ganas y miedos, sobre todo por no saber si sería posible de convertir mi vocación y amor por el periodismo en mi profesión. Aún recuerdo como si fuera ayer mi primera "noticia", que no fue tal, sino un breve sobre los consejos veraniegos a los consumidores, ésa que me corrigieron un millón de veces antes de que estuviera en condiciones para ser publicada. Pero me sentí realizada. Y ahí arrancó todo, como unas prácticas de seis meses que se convirtieron en ocho años que ahora me parecen toda una vida. Tomé el relevo a algunos compañeros que se fueron yendo, y poco a poco me he quedado sola en una redacción que un día estuvo llena de gente, de vida, de periodismo, de publicidad, de páginas, de páginas remodeladas, emborronadas y al final bien hechas, de fotos, maquetas,... He ido viendo pasar a mucha gente por esta redacción que hace unos años empezó a quedarse grande, pues como se dice por ahí, ya sólo eramos cuatro gatos, y mal contados, porque ni a eso llegábamos.
En esta redacción, en ésta mi ciudad he tenido la suerte al final de echar raíces, unas raíces que ahora deben dejar un tiesto, porque han hecho que se le quedara grande, que no fuera el idóneo para ellas. En esta redacción eché los dientes en esto del periodismo, he crecido como profesional y como persona, porque han sido muchas las personas que ahora se me pasan por la cabeza de las que ha aprendido mucho, muchísimo, no sólo de dentro de esta empresa, sino de fuera, porque he tenido y tengo la suerte de haberme cruzado con grandes personas, de las que no te olvidas tan fácilmente.
Y no me puedo olvidar de mis inicios, en el mundo vecinal, tomando así el testigo de una compañera que se sabía al dedillo los problemas de cada barrio portuense. Un mundo que me parecía algo demasiado amplio, casi incontrolable y que, gracias a esas personas que técnicamente se llaman fuentes y que comenzaron siendo los portadores de una noticia, un socavón, un problema de atención del Consistorio, una plaza sin podar, un jardín sin atención, un local social sin mobiliario o una pista deportiva recién inaugurada, y ahora son amigos, en algunos casos casi parte de mi familia. Porque me han ayudado a crecer, como digo, como profesional, y como persona, porque no sólo me han ayudado a hacer mi labor día a día sino que también han sabido inculcarme unos valores que son dignos de admirar, sobre todo el del voluntariado.
Y por supuesto, si los profesionales de fuera de estas cuatro paredes que dejo esta tarde me parecen fabulosos, pues nunca ha habido una rivalidad que nos impidiera ser amigos por encima de todo, también merecen mención especial los que han pasado por un medio de comunicación que es una cuna del periodismo puro y duro, del complicado, en el que te tienes que currar las cosas el doble, porque, por una u otra circunstancia, siempre se trabaja más en precario que en otros. Recuerdo con la gente que empecé aquí, cuando éramos muchos y yo una simple principiante. Sus nombres ahora vienen a mi cabeza. De todos ha aprendido algo y valoro mucho sus enseñanzas. Pero no sólo de esa etapa, sino de las muchas venideras, y de cuando he ido afrontando casi el control de lo que queda de esta redacción y he tenido que ir abriendo mucho más mis lazos con los profesionales de esta empresa, que son estupendos. Si algo tengo que meter en la mochila por tanto es el trato de mis compañeros, la ayuda que he recibido y la paciencia con que me han tratado cuando no sabía hacer algo o cuando he cometido fallos, puesto que he acumulado muchos en mi haber.
Estas dos últimas semanas he recibido el apoyo de la gente que me quiere, de mi familia y de mis amigos, pero también de todas aquellas personas a las que me apetecía contarle que se acababa esta etapa de mi vida laboral, y no por decisión propia, sino porque llega un momento en que parece que tu cabeza está en juego, y que todo esfuerzo siempre es ir contra corriente contra tu final, que ya está escrito. Me he sentido realizada como profesional y como persona, me han hecho sentir su calor, sus esperanzas y me han enviado sus fuerzas. Todos y cada uno de ellos ha creído que es el momento de dar un paso adelante, de no mirar atrás y de afrontar lo que vendrá, que auguran, será mejor que lo que he tenido hasta ahora, porque merezco, por lo menos, que me valoren, y eso es de agradecer.
Ahora llega lo difícil, enfrentarme a una situación que no conozco desde que acabé la carrera. He tenido mucha suerte lo sé, pero ahora es duro pelear con los recuerdos y experiencias acumulados de ocho años y la incertidumbre de qué me encontraré mañana. Porque la incertidumbre no es una de mis fieles amigas, es más, es de esas que me gusta tener bien lejos, aunque en ese caso tendré que convivir con ella algún tiempo, espero que sea corto. Por supuesto, que por falta de voluntad no será, pero viendo lo visto, la cosa no parece halagüeña, pero del futuro ya me encargaré en otra entrada de mi blog, seguro que tendré tiempo para eso y mucho más.
Así que voy a seguir embalando recuerdos, experiencias compartidas, problemas que fueron más llevaderos entre risas o entre el calor de los compañeros, ruedas de prensa divertidas, otras que te hacen suspirar, aquellos momentos en que la compañía hacía que salir a las tantas fuera hasta agradable, el café de por las tardes en el bar más cercano, los quebraderos de cabeza con los planillos, el pensar en temas cuando la sequía informativa se hacía aplastante un mes de agosto, cuando éramos tantos que nos teníamos que pelear por los ordenadores, estudiar el carné del coche en la redacción mientras no había nada que hacer, esas ferias con vestido de gitana, flor en el pelo, y cuaderno en la mano, veranos de búsqueda de  tema bajo las piedras de la playa, el hundimiento del Vapor, miles de concentraciones en las que he sido una más, el accidente del helicóptero, etc...Momentos de ayer y de hoy vienen a mi mente, cada uno de ellos con una connotación diferente. Cada una con una imagen solapada a ellos. Cada uno especial, irrepetible e insustituible, como todas las personas que han hecho posible estos ocho años. Gracias a todos los que habéis hecho posible que sea la periodista que soy, que sea la profesional que habéis hecho posible que sea, y porque todos y cada uno en los que pienso, y que sabéis quienes sois, habéis hecho que esto sea tal como lo cuento. Ah, y a los que, ajenos al periodismo, es decir, familia y amigos, que me habéis apoyado, me habéis empujado cuando he desfallecido y me habéis recordado por qué quise estudiar periodismo.

3 comentarios:

  1. se te va a hechar de menos y para todos lo que piensen lo contrario y que incluso se puedan alegrar, decirle un refran muy viejo que es ( detras de ti vendra quien buena te hara) y eso es c muy cierto. ten siempre tu cabeza alta y sientete orgullosa por el buen trabajo que has echo brenda no dejes que esto pueda contigo. un beso y ya veras que cada dia te traeras ilusiones nuevas. un besote fuerte

    ResponderEliminar
  2. El periodismo portuense ha perdido un gran valor. Ánimo Brenda, pronto, muy pronto, te volveré a leer. Un beso

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias vecina, seguro que algo bueno me espera por ahí, sólo que supongo que habrá que ponerle ganas para encontrarlo o que me encuentre...
    Cándido, no me exageres qu me crezco, el periodismo ha perdido un cachito pero espero tener la oportunidad pronto, muy pronto, de volver al lío...Gracias a los dos

    ResponderEliminar

¡Muchas gracias por acercarte a mi rincón!