Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



domingo, 29 de junio de 2014

Desestabilizador

Eres el motor desestabilizador de mi día a día, desequilibras cada paso que doy pero parece que hay una corriente invisible entre tú y yo (o mejor entre yo y tú aunque así no estaría bien expresado pero tiene distinto significado, el correcto) que al final me hace seguirte, perseguirte allá donde vayas.
No quiero convertirme en tu sombra, por eso lucho cada día por alejarme de ti, pero esa corrente, que parece que sigue su propia regla de movimiento, me vuelve a acercar a ti. 

Pero nunca me acerca lo suficiente. Me hace quedar a una distinta prudente, suficiente, de ti, como para no poder alcanzarte. 
Entonces pienso, ¿por qué no eres capaz de alejarte lo suficiente? He ahí el dilema, y lo peor, no tengo respuesta. 
solo sé que qeres quien llega como un soplo de aire fresco y me desestabiliza. Cuando consigo recomponerme, vuelves con tus armas, y me destruyes de nuevo. Siempre me veo recomponiéndome de los efectos de tu cercanía, de tu llegada, que todo lo desarma. 
Y me pregunto, también, si algún día estarías tan cerca como deseo, aunque lo dudo, o tan lejos como para que dejes de tener efecto, porque eres como esa copa que llega en mal momento y te revuelve el interir; como ese mareo repentino cuando pretendes bajarte de la cama antes de hacer que tu equilibrio esté en su sitio; como en viento que te alborota el pelo; como la lluvia que te coge por sorpresa y te empapa; como el impresvisto que te desestabiliza. 
En definitiva, eres algo inesperado que, de repente es agradable y de repente, no.

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