Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



lunes, 2 de julio de 2012

Germán y La Roja

Germán vivió el Mundial de 2010, sí claro, pero era muy pequeño ese verano por lo que no tuvo casi conocimiento de qué ocurrió. Tenía su camiseta roja, como ahora, pero sólo se ha visto en algunas fotos y ni él se reconoce a sí mismo. Claro que tiene dos años y no llega a alcanzar a saber qué ocurrió entonces ni tiene percepción de su propia imagen de pequeño. En fín, a lo que íbamos. Pues este año Germán, en cada partido de La Roja, la selección española, se ha puesto su camiseta roja, imitando a papá, y ha cogido su bufanda, aunque esta última la ha soltado al poco de empezar cada partido, porque "hace mucho calor papá", ha chapurreado en cada una de esas ocasiones. Por supuesto, ha imitado a papá en cada uno de sus gestos. En los bufidos cuando el balón no entraba en la portería contraria, en llevarse las manos a la cabeza en los goles que han metido los contrarios, en la irritabilidad, en los descansos corriendo para hacer pis y comer algo en la cocina, de pie, y ayer, en la celebración, en los gritos desmedidos por cada gol, en la palabrería extraña que utiliza papá para referirse a los contrarios, etc.
Germán vive en una pequeña localidad costera, es cierto que no os lo he comentado nunca, y es tradición celebrar los triunfos de la selección en una plaza. Pues allá que se fueron Germán y su papá, porque mamá prefirió quedarse en casa con Pablo, su hermanito pequeño. Mamá les advirtió antes de salir que tuvieran cuidado, prácticamente como cada vez que hacen algo solos los dos, y a él esas aventuras con papá le encantan. Y claro, Germán en principio no entendió muy bien esa advertencia de mamá y pensó "¡qué pesada es, siempre igual!", pero cuando su papá y él bajaron, pues viven cerca de esa plaza, y vio la cantidad de gente con banderas, bubucelas, bufandas, camisetas, y todos enloquecidos, entendió el por qué de la recomendación de mamá. Se aferró muy fuerte a papá, que le invitó a subirse a sus hombros, ese sitio, como ya os conté, que le encanta, porque es muy alto y se siente muy bien en las alturas, divisándolo todo.
Y allí pasó un rato. Recibió sonrisas de algunos viandantes, de otros gritos de alegría y chillidos, y algún que otro golpe con banderas o bufandas, pero cada una de esas cosas que vivió no le asustaron, aunque papá le preguntara de vez en cuando si quería volver a casa. "Papá me lo estoy pasando genial, hay mucha gente. Mira papá, Pablo, mi amigo del cole", dijo en una de las ocasiones. Y en efecto, era su compañero de cole el que también disfrutaba de dicha hazaña con su familia.
Cuando papá y el volvieron, mamá le preguntó qué tal lo había pasado, y sin duda, Germán pensó que había sido una muy buena experiencia y que quería repetir. A ver si mañana hay otro partido pensó, pero se le olvidó preguntarle a papá cuándo podrían repetir, porque casi no aguantó a que mamá le quitara la camiseta, y cayó rendido en la cama. Había sido un día largo y una noche de emociones. Así que, con sus rayas pintadas en la cara, durmió toda la noche...

2 comentarios:

  1. qué bonito brend!! se transmite todas las emociones!! Un besazooo

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  2. muchas gracias guapa, pero me gusta más tu niña y sus historias eh jeje un besote

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