Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



lunes, 23 de julio de 2012

La amistad


La amistad, ¿cómo se calibra? Eso me pregunto muchas veces, pues ese término da lugar a muchas interpretaciones y variantes según a la persona a la que te acerques.
Con cada uno de esos amigos tienes un lenguaje, tienes un código, y no puedes esperar que ni ellos actúen contigo como con todo el mundo ni tú hacerlo con ellos. Tienes que pararte a conocer a esa persona, dedicarle unos minutos cada día, o cada dos, o cada tres, y saber qué espera de ti, cómo actúa y se comporta contigo, qué te reclama, etc.
Lo que sí tengo claro, y eso lo he aprendido con los años, es que un amigo no es al que ves todos los días, con el que hablas todos los días…Un amigo es la persona que está ahí cuando lo necesitas, cuando el cuerpo te pide hablar de algo y te hace un huequito, cuando se toma un café contigo, o cuando se preocupa por cómo estás, porque realmente le interesa. Eso de que los amigos eran los que estaban 24 horas juntos queda en el pasado, en la creencia que tenemos cuando somos pequeños, adolescentes, pero con la madurez, con el paso de los años, te das cuenta de que, tienes un tesoro cuando tienes un amigo, cuando después de semanas de no veros, os volvéis a encontrar como si no hubiera pasado el tiempo, con cosas que contaros o preguntaros, con mil planes que hacer…
Pero lo más importante es poder decir que uno tiene amigos. Yo lo puedo decir. Y no los cuento con muchos dedos de las manos, porque de otra manera me engañaría, pero sí tengo la suerte de que sé cuáles son esos que considero amigos, y estoy segura de que ellos también hacen lo mismo conmigo. Y me siento orgullosa porque sus nombres son los que me vienen a la cabeza cuando pienso en ese concepto, el de la amistad, tan abstracto y tan concreto a ratos. Supongo que todos, con mayor o menor suerte, podemos decir a boca llena que tenemos uno, dos, cinco o veinte amigos. Creo que la cantidad no es importante, sino la calidad, pero es cierto que sí que podemos tener muchos amigos, porque efectivamente en la grandeza de esa palabra se guarda todo su amplio significado.

Pd: el escrito que esta semana me he animado a escribir para el grupo La aventura de escribir, de Facebook, en el que ya dije que participo. Esta semana el tema es la amistad, por cierto de los propuestos, el que más me gustaba.

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