Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



sábado, 17 de noviembre de 2012

El silencio

Gonzalo y Lucía estaban sentados a la mesa del comedor. Otro día más el silencio creaba una extraña situación, pero justo en el momento en que Gonzalo estaba absorto pensando que la situación no podía alargarse más en el tiempo, ella se decidió a hablar, a romper ese incómodo silencio.
-Gonzalo, me voy de casa.
-¿Cómo?- exclamó, sorprendido.
-Lo que oyes, que me voy de casa. No me lo pongas más difícil, por favor.
Gonzalo frunció el ceño y una lágrima resbaló por su mejilla, casi salida de la nada. Claro que sabía que algo entre ellos no iba bien, pero no hasta el extremo de que su mujer lo quisiera dejar.
-Lucía, sé que nada es como antes, pero yo te quiero, te necesito a mi lado.
-No, no me quieres, me necesitas. Necesitas quien tenga la casa limpia y la comida hecha cuando llegas de trabajar, nada más. Sabes bien que prefieres hacerte el esquivo conmigo y jugar tus absurdas partidas de mus a acurrucarte conmigo en la casa. Ya no tienes motivos para darme un beso cuando te marchas a trabajar y aún estoy dormida...
Lucía bajó su mirada hacia el mantel de ganchillo, el mismo que, por tradición, presidía la mesa del comedor desd que se casaron, hacía ya más de diez añs. Y ahogó un suspiro, haciendo consciente a su marido de que dicha situación no era agradable para ella.
-Lo siento Gonzalo, pero no quiero seguir dándote motivos. No tengo fuerzas para hablar, ni ganas.
-Pero Lucía- él intentó sostener su brazo en el aire, sin éxito, cuando ella intentaba salir del comedor. 

Pd: otro texto el curso de escritura creativa que estoy haciendo. En este caso se pretende que ejecutemos un diálogo entre dos personas. Y ahí está. La situación es una de las posibilidades que ofrecían.

2 comentarios:

  1. Qué agradable sorpresa leer tus relatos!! Veo que aprovechas bien tu tiempo libre jeje Un besazooo

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  2. agradable es saber que siempre estás por ahí leyéndome...muchas gracias...un beso

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¡Muchas gracias por acercarte a mi rincón!