Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



sábado, 16 de marzo de 2013

Aferrada a la vida...

Aferrada a la vida me encuentro con la misma intensidad que aprieto tu mano. Así me aferro al día a día. Porque apenas nos damos cuenta de esos pequeños gestos que hacen que nada sea un mundo, o que la felicidad inunde tu ser y ello se convierta en una sonrisa que es lo que muestras al exterior.
Aprieto tu mano en un gesto sencillo que casi siempre se muestra desapercibido, porque vamos con prisas, corriendo sin pararnos un segundo a pensar en todo aquello que tenemos, aquello que no es ostentoso pero en cambio nos hace felices, nos llena.
Y cuando tomé esta instantánea, pensé en muchos pequeños detalles que últimamente me hacen sonreir, a pesar de todo. Porque los inundan mis ojos de lágrimas están presentes, pero intento que, como si de una bocanada de aire se tratara, otros pensamientos los arrastren. Por eso traigo al presente, al ahora, una sonrisa dibujada en la boca de alguien y que haya podido provocar; un gesto amable; una respuesta positiva; saber que alguien se acuerda de mi; recrearme en lo que me gusta; contar alguna anécdota simpática...todo eso hace que lo malo se aleje. Una cena, un café, una charla rapidita entre amigos, una conversación o el interés por algo que me incumba, ya es mucho y me hace feliz. 
Por eso me aferro a la vida y me agarro a tu mano, o a la tuya, siempre que esa mano sienta mi cálido aliento y yo pueda sentir el suyo. Porque con eso me conformo, con un pequeño gesto que, la mayoría de las veces pasa desapercibido pero que, en un momento de solitario pensamiento, te devuelve al ahora, a la realidad...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Muchas gracias por acercarte a mi rincón!