Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



domingo, 24 de marzo de 2013

Equivocar las formas...

Hay veces que equivocas las formas en qué decir algo, la manera de expresarlo al final se vuelve contra ti y una mala sensación queda en ti. Pues sí, así me siento hoy. Incomprendida por, quizás, no saber expresarme, y con la duda de si es o no acertado lo que he dicho o he pretendido.
Pero lo hecho, hecho está. No voy a poder dar marcha atrás, uno de estos días en todo caso pediré perdón, hoy no, porque sería reiterativo, y sería contraproducente, o así lo entiendo yo. No quiero que al final te lleves esa mala impresión de mí, no es mi estilo. Pero sí es mi estilo decir lo que pienso y no siempre la sinceridad, ya me lo decían, es buena aliada. Sobre todo cuando no escoges las palabras adecuadas, o no llegan, o las prisas se hacen malas consejeras, o te preguntas si es o no el momento idóneo. 
Y es cuando recapacitas cuando entiendes que quizás, no fue el momento adecuado o ni siquiera quisiste decir lo que dijiste. Porque no venía al caso, porque no era oportuno, pero una vez más tu impaciencia ganó la batalla y tú lamentaste haberte dejado arrastrar por esa mala consejera...
Sólo me quedará decir, en unos días cuando pueda ver esto con un poco de distancia, que lo siento, que no es mi forma de actuar y que no soy así, o pretendo no serlo...

2 comentarios:

  1. La palabra precisa, como dice una canción. Yo traigo palabras a mi boca sin pedirle permiso a la razón o al tiempo. Llegan y salen porque empujan desde dentro. Un día, un amigo me dijo que callara antes de hablar cuando para mí el contexto y el interlocutor fuesen relevantes. Pero, ¿acaso no somos también espontaneidad? ¿No nos dibujamos en la frescura de la inmediatez como seres realmente vivos y de corazón palpitante? Seguro, seguro, que el ser más reflexivo alcanzará a comprender que en un momento dado perdimos el don de la clarividencia al expresarnos, el don de la palabra. Ya sea por nuestra pasión o nuestra confusión, el acierto no siempre nos acompaña cuando elegimos los colores con los que pintar la realidad que nos rodea o que llevamos dentro.

    ResponderEliminar
  2. Somos esponteneidad pero no todo el mundo la entiende ni la comprende o mucho menos la acepta...

    ResponderEliminar

¡Muchas gracias por acercarte a mi rincón!