Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



martes, 26 de junio de 2012

Demasiado pequeña...

Hay veces que me siento demasiado pequeña, insignificante para poder sortear un obstáculo, y en el momento en el que vives una de esas situaciones que crees sin solución, por lo menos que no sea traumática ni complicada para tu alma, consideras que no hay salida, no ves el final del túnel, el que te presenta la luz cegadora que llegará a bañarte entera. Pero al final te das cuenta de que sí existe la oportunidad de encontrar esa salida, por complicado que te pareciera.
Y he de decir que hoy, creo estar segura al cien por cien, de haber superado algunas historias del pasado. Bueno, ya lo creía hace algunas semanas, pero creo que día a día me lo voy confirmando, o reafirmando, de manera que me doy cuenta de que las cosas no eran tan negras como pensaba.
De esas historias que, por vivirlas intensamente, parece que te desgarran, que te dejan sin aliento y casi sin alma, sin alma para continuar utilizándola para esas otras mil cosas que merecen un pedacito de ella. Y finalmente te das cuenta de que ése "no es buena idea" que te planteaste racionalmente y que se convirtió en un capricho o simplemente en una insconsciencia desmedida, esa primera impresión que te surgió, es una afirmación correcta que deberías haber seguido desde el primer momento. Y te ves a meses vista, viva, sonriente, alegre, y pudiendo encontrarte, día a día, con lo que te hizo sufrir, dudar de tu valía e incluso sentirte insignificante. Ahora puedes mirar por la ventana sin miedo a que te asuste lo que te espera fuera.
Aunque nadie te diga lo que vales, hoy tú sí te lo dices, te confiesas a ti misma, bajito, casi en silencio, que no merecía la pena, porque tú eras más de lo que podía esperar. Hoy sí puedes decirte que eres mucho más de lo que merecía, y por tanto, el día de hoy, el de la consciencia total de que lo pasado se debe quedar en el pasado, en lo vivido, en aquello que queda en el recuerdo pero sin dañarte, sin crear desesperanza o angustia dentro de tu ser.

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