Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



martes, 15 de marzo de 2016

La eterna mochila

Mi mochila está sobrecargada. Y siento que me callo más de lo que debo o lo que sería aconsejable. Pero sigo formulando en mi cabeza una salida a todo lo que carga mi espalda, y aún no he descubierto ese camino...
Por eso esa mochila sigue llena y lo peor, por eso a veces no me paro a pensar en nadie más. Sí, a veces me vuelvo una egoísta malcriada que no mira más allá de sus problemas, porque tengo la sensación de que, si no lo hago yo, no lo hará nadie. 
Y aunque necesite que alguien me dé el norte, me diga por dónde tirar, porque ando muy perdida, no encuentro esa guía. Quizás todo el mundo está ocupado, quizás mis dudas no despiertan el interés que me gustaría...Pero así es...
Quizás sea tan fácil como romper con todo y volver a empezar, tirar todo lo que hay en esa mochila y llenarla de nuevo; pero a veces, lo prometo, no es sencillo. No es fácil desprenderse de todo de repente y continuar sin mirar atrás...Pero dan ganas. Pero quizás es dejar atrás tanto de lo que aprendes, tanto con lo que convives, tanto a lo que estás acostumbrada, que no es un paso que se pueda dar sin pensar...

Por eso ahí sigo, cual pensadora ilustrada, dándole vueltas a la cabeza, estrujándola por si la respuesta a cómo vaciar esa mochila está delante de mis narices y al fin consigo hacerlo por mí misma, sin ayuda, sin esa ayuda que a veces, no encuentro...Y es que a lo mejor nadie tiene esa respuesta, que también puede ser, pero quizás yo la necesite, necesite encontrarla, puede que con ayuda, sí...seguro...
Porque hay días que estás tan perdida, que te gustaría que alguien te preguntara qué te ocurre, por qué has actuado de una u otra manera, por qué has dicho lo que has dicho...o simplemente, cómo ha ido el día. A veces necesitas esa pregunta para poder vaciarte y coger aire, pero no siempre consigues esa interacción, y es lo que al final hastía...

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