Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



viernes, 3 de agosto de 2012

Esa sensación...

Esa maldita sensación no me abandona, hoy ha vuelto después de unos días, se ha instalado de madrugada en mí y a una cierta hora, como si llevara solapada a mi alma una alarma de reloj, ha hecho que me despertara en mitad de la noche y confirmara mis sospechas. Tú no estabas ahí. Y ya me ha perseguido durante todo el día, como si quisiera ser mi sombra en este día soleado. Creo que intenta darme un mensaje que, o bien no quiero recibir, no quiero entender o me parece ilógico e insensato y por eso no quiero asumir. Pero no puedo luchar más en esta batalla en la que no te tengo a mi lado. Aquí estoy, me he mostrado tal cual, con mis defectos, que son muchos, y mis contadas virtudes, y he hecho cuanto he podido, pero parece poco. Si me acerco, más te alejas, y encima dejas instalada en mi esa horrorosa sensación, que me castiga con un pellizco de estómago que no me deja apenas respirar. En mi mente se acumulan muchas sensaciones, muchos sentimientos, los que han ido creciendo en las últimas semanas, sin que tú me creyeras ni los compartieras y sin que yo pudiera hacer nada por retenerlos. Y si crecían los míos, me da que los tuyos menguaban, aunque jamás me lo has confirmado. Me dejas sola en este camino de incertidumbre, para que sea yo la que discierna si es verdad que nunca te tuve más que en sueños, lejanos e infructuosos, y no soy capaz de hacerlo. Necesito saber de ti, de tu propia voz, de tu propia boca, qué es lo que quieres, qué es lo que piensas, qué es lo que haces y el por qué de cómo te comportas, aunque sé que no seré afortunada y mi deseo no se cumplirá. Y esa sensación seguirá perturbando algunas horas de mis días venideros, muchos más de los que incluso pueda soportar antes de volverme loca, y minarán mi alegría y mi merecido descanso, pero también harán que acumule otra terrible experiencia en mi interior, ¿que me castigará y me hará más daño aún? Creo que sólo tú lo sabes ya, y a mí me tocará esperar a que la ausencia y las horas me respondan...

2 comentarios:

  1. Brenda, ya lo dice Paulo Coehlo, la ausencia de respuesta también es una respuesta. No hay por qué, a veces no hay nada que explicar. Sucede o no y tienen que alinearse los planetas para que sea mutuo. Tal vez no es la persona o quizá el momento. Tu camino sigue, en algún momento puede volverse a cruzar con el tuyo. Mañana terapia de grupo. Bezito gigante

    ResponderEliminar
  2. Pero yo no sé interpretar la ausencia de respuestas, porque siempre pienso que algo ha ocurrido en el camino y por eso esa respuesta no ha llegado. Pero supongo que hay que asumir la realidad, que es algo aplastante. Muchas gracias por el ratazo de ayer, la cena, la compañía, el entusiasmo y la terapia de grupo...un besito

    ResponderEliminar

¡Muchas gracias por acercarte a mi rincón!