Mi mejor definición, por vosotros: Diferente, buena profesional, atenta, reservada, curiosa, habladora, cordero con piel de lobo, observadora, detallista, inteligente, amiga de sus amigos, perseverante, de impresión fría y distante, generosa, audaz, terca, temperamental, tierna y entrañable bajo una capa distante y fría, divertida, cabezona, quejica, especial, cariñosa, sensata, directa, sincera, con gran corazón, de apariencia seria, humilde, comprensiva, persistente, sabe escuchar, empática, paciente, cariñosa por momentos, fuerte por fuera y débil por dentro, buena consejera, responsable, agradable, sensible, con gracejo especial, consecuente, inquieta, alegre, expresiva, alguien que sabe escucharte, emotiva, entregada, cabal, culta, con la que siempre se puede contar.



domingo, 5 de septiembre de 2010

Entenderme...

No es fácil entenderme cuando nunca has mirado hacia atrás, cuando nunca has hecho balance del pasado, de lo que nos unió, nos desunió o nos enfrió. Todo tiene un por qué, hasta lo más nimio que recuerdes, y estoy hecha de jirones de algo que no sé si existe o que preferí inventar por miedo a que no fuera real. Tengo miedo a que nada exista pero también a que todo se configure por el ahora, el presente, porque todo lo que somos viene de atrás, y nadie más que tú debería comprenderlo. Por eso busco tu apoyo, pero no...hoy no lo tengo, ni ayer y menos tu comprensión, tu arrope y tu calidez. Eso lo perdí, si es que alguna vez lo tuve.
Pero pensar, reflexionar y echar la mirada atrás te lleva a rememorar, no sin antes tener que borrar las lágrimas de tus ojos, mil situacione en las que fuiste mi verdugo, en la que tus palabras, tus gestos o tus desdenes hicieron mella en mi, en lo que soy y en lo que tengo. Pero no me quise dar por vencida, porque te quiero, porque te aprecio y te necesito, porque todo sin ti se antoja difícil. Pero no quieres entenderme, no quieres echar la vista atrás, como nadie más lo puede hacer, para plantearte las cosas.
El dolor es una sensación ahora habitual, y el desasosiego se adueña d mi, no sin antes hacerme repasar mil instantaneas que quedan grabadas no sólo en mi retina,sino en mi corazón, a fuego. Duele saber que los años pasan como si nada, que no queda nada de ellos, ni de lo pasado o lo vivido y que todo lo que aprendimos o los errores cometidos no sirvieron para nada, pero creo que eres tú el que no los ha interiorizado, el que no valora todo lo ocurrido y lo que hay en el presente.
Víctima nunca quise ser, y por tu parte siempre faltaron las explicaciones y sobraron los desprecios, esos que yo asumí y de los que no me puedo quejar, porque en mí hubiera estado acabar con ellos, pero mi corazón dictaba de otra manera los designios de esa amistad. Pero nunca hubo un acercamiento para explicar y por mi parte comprender, y así hemos ido arrastrando mil y una tonterías que parece que se convierten en mi pesadilla, pero insisto, el ahora, el ayer inmediato y el momento futuro no se pueden comprender sin todo lo que tú y yo conocemos, sabemos y hemos vivido.
Entre tanta confusión, entre el dolor que me causa tu incomprensión, tu no ponerte en mi lugar, hay una parte de mí que incluso echa de menos no haberte dado un abrazo, pero otra parte de mi piensa que no...que no puede ser, que es daño lo que da nombre a mi estado y dolor su apellido.
No exagero, no miento y no pretendo que nadie me entienda, pero busqué en ti el apoyo que merecía comprenderme y nunca lo encontré, cuando yo he sido la que más paciencia ha echado a entenderte. Pero parece que no todos merecemos lo mismo. Hay quien merece respeto a sus decisiones, comprensión e incluso perdón y los habemos con menos suerte, porque no recibimos cuando hemos dado mucho, aunque haya sido porque así lo hemos querido. Pero claro que esperamos recibir lo mismo o la mitad de lo que un día dimos.
¿Para qué pedir que te quedes a mi lado, que quieras estar conmigo o que quieras compartir mis alegrías y mis penas ni no es así como lo sientes?¿Para qué pedir que me comprendas si no quieres?¿Para qué pensar que todo podía mejorar, si es sólo un espejismo?¿Para que mostrarme ante tí si nunca supiste mirar más allá de donde te interesaba?¿Para qué querer reir contigo si no me siento a tu lado sino alejada y apartada?¿Para qué...?¿Pará qué...?
Quizás son muchas más las cosas que vienen a mi mente, pero quizás no vale toda una vida para hacer ese recuento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Muchas gracias por acercarte a mi rincón!